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José Luis Gómez es Unamuno

La coproducción, en la que también interviene la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes, se estrena en la Sala Juan de la Cruz de Madrid este miércoles, 14 de febrero, en donde permanecerá hasta el 14 de marzo bajo la codirección del propio José Luis Gómez y Carl Fillion.

El montaje de Unamuno: venceréis pero no convenceréis cuenta con el consejo de Colette y Jean-Claude Rabaté, biógrafos de referencia del escritor, y la colaboración de Pollux Hernúñez, que contribuyó al texto y la dramaturgia del espectáculo.

Novelista, pensador, poeta, profesor, traductor, dramaturgo, miembro significado de la Generación del 98, referencia intelectual dentro y fuera de nuestras fronteras y el rector de la Universidad de Salamanca más joven de la historia, Miguel de Unamuno era, como enfatiza José Luis Gómez, «un hombre de una profunda honradez humana e intelectual. Aquel ser que, ya viejo y sintiéndose dramáticamente sólo, se atreve en octubre del 36 en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca a enfrentarse al fascismo».

Como explica Gómez, el montaje indaga en la parte más humana de un intelectual lleno de contradicciones -“El que no se contradice nada dice», escribió- , que ocultaba tras su seriedad y su rostro adusto una complicidad y comprensión de muy amplias fronteras: «Nada de lo humano me es ajeno».

La obra lo muestra poniendo en boca del actor sus reflexiones, cartas y poemas tardíos junto al memorable discurso de octubre de 1936 que, a través de su propia voz, manifiestan que «era un hombre invadido por la piedad y la compasión». Sus últimos meses de vida antes de fallecer el 31 de diciembre de aquel año en su casa en Salamanca fueron tiempos de reclusión, soledad y desencanto. Tiempo de “desnacer”.

Tras el enfrentamiento con Millán Astray durante la celebración del ‘Día de la Raza’, Miguel de Unamuno se recluye en su casa de la calle Bordadores bajo vigilancia policial. Falleció el 31 de diciembre de 1936, tras haber sufrido la muerte de su mujer y la de su hija Salomé.

Aquel día, frío y luminoso, como reflejan las crónicas, alrededor de las cinco de la tarde, murió “de mal de España”, como glosaría Ortega y Gasset. Los médicos determinaron que había fallecido de una congestión cerebral producida por las emanaciones de anhídrido carbónico del brasero con el que se calentaba los pies.

Origen

En 2015, José Luis Gómez se metía por vez primera en la piel de Unamuno como protagonista de película La isla del viento, de Manuel Menchón. Posteriormente, el 12 de octubre de 2016, 80 años después del famoso “venceréis pero no convenceréis”, el actor volvía a recrear en el mismo lugar y a la misma hora las palabras pronunciadas por Unamuno en defensa de la razón.

Ahora, esta nueva evocación teatral del filósofo y erudito se plantea como un juego de espejos dialéctico como el que caracteriza su escritura. «El espejo que es el teatro para la vida permite a un ‘Otro’ reflexionar sobre quién fue Unamuno, viajar en el tiempo para permitirnos ver el reflejo, por lo menos, de lo que vivió», comenta Gómez, que recuerda desencantadas palabras del escritor: “A veces no puedo romper la leyenda que han tejido alrededor de mí. Estoy encapuchado, indefenso en ella; y mis historiadores contarán mi vida como el mundo la ha visto, no como la he vivido”. La figura del ‘Otro’, actor que interpreta a Unamuno en escena, aspira a guardar vivas sus palabras para que nunca más sean olvidadas.

El discurso

Miguel de Unamuno nunca claudicó frente a lo que consideraba injusto y, en consecuencia, siempre peleó contra todos los poderes establecidos. Su apoyo a la República -llegando a ser incluso diputado a las Cortes Constituyentes- se vio defraudado ante su aparente incapacidad para mantener el orden público y evitar desmanes como el asesinato de Calvo Sotelo. Esas situaciones le llevaron a «apoyar» el levantamiento del general Franco. Un apoyo que hay que entrecomillar, como señala Jean-Claude Rabaté, porque «Unamuno, que murió solo unos meses después de iniciarse la Guerra Civil, nunca supuso lo que iba a pasar con el franquismo. Por eso hay que relativizar, y mucho, aquello de que apoyó a Franco».

Abrumado por las ruinas de la guerra, la angustia y el sentimiento trágico de la vida, acomete lo que será, en palabras de José Luis Gómez, “uno de los hechos de mayor valentía intelectual de la historia de España”. Sus palabras ante académicos, falangistas, legionarios y periodistas fueron un acto en defensa de la dignidad, la justicia y la libertad. Para Gómez, “más que un acto de coraje o valentía, es un acto de expiación. La palabra es muy adecuada porque Unamuno era una persona de gran espiritualidad, aunque no necesariamente religioso. El reconocimiento de este trágico error, pagado con remordimiento y quizá la muerte, ha terminado por convertirse en el verdadero motor del espectáculo. Lo que he intentado es entrar en esa enorme contradicción que sufren y viven muchísimos intelectuales de la época, desde Marañón a Ortega. Europa vive una guerra contra el liberalismo”.

El contexto actual nos demuestra que la figura y la palabra de Miguel de Unamuno es absolutamente urgente y necesaria, «y nos enseña que solo el diálogo puede crear una base sólida para una sociedad en democracia».

Memoria histórica

Unamuno: venceréis pero no convenceréis es, en la línea de uno de los trabajos más recordados en la trayectoria de José Luis Gómez, Azaña, una pasión española, un monólogo intimista: «Todo en este espectáculo es un juego de espejos». Gómez pone a España frente al espejo, pero también al propio Unamuno. Y durante su monólogo se desdobla para estar a la vez, mágicamente y gracias a la extraordinaria labor escenográfica de Carl Fillion, en los dos lados del cristal: en un lado representa a un actor que va a interpretar a Unamuno y al que de pronto éste se le aparece en su reflejo, mientras que en el reverso está el propio Unamuno.

“El teatro está hoy invadido por las tecnologías. Por eso no me gusta abusar de ellas, pero sí usarlas para potenciar un trabajo. En este caso para acercar a Unamuno al presente”.

Con el objetivo de propiciar el debate social, y contando con el teatro como medio de transmisión del mismo, Teatro La Abadía abordará un ciclo en el que latirá la inquietud por la memoria histórica -reflexiones sobre la Guerra Civil, la posguerra y la Transición- y el compromiso con la lengua a través de los montajes: Unamuno: venceréis pero no convenceréis (14 febrero – 4 marzo); Azaña, una pasión española (8 – 25 marzo) y Tiempo de silencio (26 mayo – 3 junio).

«También el compromiso con la lengua española firmemente asumido por Unamuno que dijo aquello de que más había hecho Cervantes por España que la espada en Lepanto o en cualquier otra batalla. Es importante decir esto hoy cuando España sigue teniendo una asignatura pendiente con su lengua», apostilla el actor.