La Casa de la Portera

Cuenta con dos estrenos: Una extraña comedia, dirigida por Darío Paso-Jardiel e interpretada por Martha Eguilior y Tato Loché, se sirve del absurdo como explosivo imaginativo: dos personajes absurdos se proponen cometer un asesinato en el que hasta la persona asesinada es una incógnita. Podríamos pensar en Hamm y Clov, los míticos personajes beckettianos de Fin de partida, después de haberse leído una novela de Agatha Christie. O después de una borrachera de grappa y un empacho del pavo finés cuya lengua es utilizada en esta obra por cierto asesino: con ella lame las calvas de sus víctimas… El otro estreno de octubre, Eva ha muerto, escrita y dirigida por César Augusto Cair e interpretada por Mikel Arostegui, es el monólogo del primer hombre de la tierra, obligado por Dios a relatar a la humanidad un trágico pasado; la reescritura del texto bíblico sirve para reinterpretar también nuestros códigos éticos y una herencia cultural que ha de poder cuestionarse, aunque siempre sea conflictivo: la obra fue censurada por el Ayuntamiento de Madrid en un primer estreno en 2009.

Además de estos estrenos, La Casa de la Portera mantiene en octubre propuestas que han funcionado a las mil maravillas: la divertidísima e irreverente comedia Cerda, cuyo estupendo elenco de actores sabe llevar a las tablas la imaginación explosiva de su director, Juan Mairena; Peceras, en la que The Zombie Company propone una hipótesis sobre un futuro peligrosamente cercano en el que el único objetivo eclipsador es beneficiarse del prójimo; Ascensión y caída de Mónica Seles, extraño diálogo entre dos mujeres que se encuentran en una peluquería y acaban descubriendo que comparten el fantasma de un pasado común; Elepé, que nos hace entrar en la explosión de los 80 ambientando un bar de la Movida Madrileña; por último, Trinidad, esta vez ambientada en la España de los 60, une a tres mujeres que cruzan relaciones amorosas y tratan juntas de encontrar una solución al conflicto.

La Pensión de las Pulgas

Este octubre habrá numerosas reposiciones de obras que han ocupado durante un tiempo un espacio en La Casa de la Portera, como MBIG, una versión descontextualizada de la tragedia shakesperiana de Macbeth, llevada al mundo de la empresa, y Un hombre con gafas de pasta, una obra en la que disfrutamos de las estrategias retóricas por las que un escritor va haciéndose paso en una conversación entre amigos. Por otra parte, el 13 de octubre será la última oportunidad para ver Un disgusto danés, una obra que se pregunta por los límites de la amistad y el compromiso que ésta conlleva. Otras se mantienen, como Carne viva, uno los proyectos más complicados de la Pensión, al proponer una obra itinerante donde tanto el público como los personajes van saltando de espacio en espacio y varias escenas se dan de manera simultánea, o La maratón de Nueva York, en la que dos amigos se encuentran para correr y también para mantener largas conversaciones sobre temas trascendentales.

Con esta pluralidad escénica, los dos espacios estrella del off madrileño nos invitan a pasar un mes de octubre disfrutando de buen teatro en la intimidad de sus cuartos.