Más de 100 viajes en metro, 24.000 fotos, una cámara rota y más de 480 GB de material. Eso, nada menos, fue lo que necesitó Kravtsov para dar forma a esta particular oda a la ciudad condal.

Este time-lapse (técnica fotográfica con la que se reproduce a gran velocidad sucesos usualmente muy lentos) ha sido el resultado de la estancia del bielorruso en Barcelona desde agosto hasta octubre.

Una visión personal

Su objetivo no ha sido realizar la clásica estampa turística de la ciudad, sino aportar su propio punto de vista, compartir con el público su personal visión de cómo interactúa con la urbe. Por eso visitamos en el vídeo calles y monumentos numerosas veces visitados, pero desde un ángulo diferente, arriesgado a veces. El resultado, definitivamente, merece la pena.

La canción Revolution, del grupo francés Uppermost, acompaña a las imágenes que componen el vídeo, tomadas todas con una Canon EOS 7D y tres ópticas: una Tokina 11-16, y dos Canon 24-105 4L y 70-200 2.8L.

No es la primera vez que la capital catalana es retratada de esta manera. El invierno del pasado año, el fotógrafo mexicano Nicolás Gutiérrez Wenhammar realizó su propio time-lapse de Barcelona.

Una visita espectacular, vibrante y decididamente diferente a una ciudad que tanta belleza encierra.