‘Bailando un tesoro’, descubriendo la danza española

^[1]«La danza española es un mundo desconocido porque no llega a la gente y eso es lo que queremos cambiar con este libro», reflexiona su autora. Bailando un tesoro es una herramienta que ofrece a las nuevas generaciones la oportunidad de descubrir el rico patrimonio coreográfico español, pero también desvela cómo se trabaja en el Ballet Nacional de España.

Para que los niños comprendan la pluralidad estilística y sus tradiciones, Huidobro presenta un texto sencillo pero muy cuidado, con solapas y troqueles, en el que Antonio es el protagonista y su pasión es el flamenco, el estilo más conocido de la danza española. Perteneciente a la cultura inmaterial, la danza española está compuesta además por el folclore, la escuela bolera y la danza estilizada.

Los cuatro se desgranan en Bailando un tesoro, ya que Antonio está acompañado por sus tres amigos: María, Alberto y Cristina. Todos dedican muchas horas y esfuerzo en la escuela de su mentora, Rosa, para conseguir alcanzar su sueño: ser bailarines. Con una fuerte vocación, Alberto está enamorado del folclore y sus bailes populares como la jota aragonesa, la charrada de Salamanca, la muñeira gallega o el aurresku vasco.

A María le apasiona la escuela bolera, un estilo de danza basado en bailes populares y con una importante influencia del ballet clásico; mientras que a Cristina le entusiasma la elegante danza estilizada, que se nutre de las tres formas básicas del baile español y se utiliza para crear espectáculos de danza para el teatro. Los cuatro acompañarán a los niños por un viaje por la danza española en la que conocerán los pasillos del Ballet Nacional de España: sus salas de ensayo, los vestuarios con sus fantásticos trajes, pero también sus obras más aclamadas.

^[2]Los dibujos de Mercedes Palacios se han cuidado tanto como los textos. El detallismo en la posición de manos y pies, en los movimientos o del vestuario se ha conseguido gracias a la perseverancia, ya que «es un libro que tiene que ser muy técnico», asegura la ilustradora. Para ello ha contado con la ayuda de Huidobro, que fue bailarina del BNE y que ya publicó otro volumen de danza dedicado al público infantil, Quiero bailar flamenco. Con estas cuidadas y coloridas ilustraciones, Palacios quiere sorprender a los niños con «el trabajo y la constancia que tiene que tener un bailarín», al igual que ella misma se asombró.

Esta publicación está editada por el Ballet Nacional de España y el INAEM (Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música), y cuenta con el apoyo de Ann Kreiss, benefactora del BNE, una entusiasta de la danza española que «quería ayudar a que la juventud española fuera consciente del tesoro que tiene», ya que para ella es «un tesoro español que se valora mucho en el exterior».