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Adiós a Alan Rickman

Hijo de una familia de clase trabajadora, Rickman tenía muy clara su vocación desde joven. A los 26 años entró en la Royal Academy of Dramatic Art de Londres, de la que era vicepresidente desde 2003, tras interpretar un pasaje del Ricardo III de Shakespeare. Apenas unos años después, curtiéndose como actor de teatro, hizo su primera aparición televisiva en un montaje de Romeo y Julieta de 1978 en el que dio vida a Teobaldo.

Algunos años después, en 1982, se convertiría en un rostro conocido de la televisión británica por su papel en la miniserie de la BBC The Barchester Chronicles. Pero su espaldarazo definitivo vendría en 1988, cuando encarnó a Hans Gruber, carismático villano de la primera entrega de Jungla de cristal. A partir de ese momento, su nombre sería conocido a lo ancho y largo del globo.

Desde entonces se sucederían sin parar apariciones en innumerables películas, como Robin Hood, príncipe de los ladrones (por la que ganó un BAFTA a mejor actor de reparto en 1992), Sentido y sensibilidad, Michael Collins, El beso de Judas, Dogma, Héroes fuera de órbita, Love actually, El perfume: Historia de un asesino, Sweeney Todd: El barbero diabólico de la calle Fleet y La promesa (mejor actor de reparto en el Festival de Beijing).

Inolvidable profesor

Pero si hubo un papel con el que Rickman caló en el gran público, ese fue el de Severus Snape, inquietante profesor de Pociones en la saga de Harry Potter, en la que trabajó a lo largo de diez años (de 2001 a 2011) y ocho películas. Algunos de sus compañeros en la saga, como la actriz Emma Watson y la autora de los libros que la inspiraron, J.K. Rowling, se han mostrado devastadas en las redes sociales. El protagonista de la misma, el actor Daniel Radcliffe, ha publicado en Facebook un sentido comunicado [1] en el que destaca el apoyo que Rickman le mostró desde que era apenas un principiante y sus enseñanzas, que nunca olvidará.

Actor de la Royal Shakespeare Company desde 1978 (exceptuando algunos años de ausencia hasta su regreso en 1985), Rickman participó en obras como Mephisto, Como gustéis, Troilo y Crésida, Hamlet y Antonio y Cleopatra, entre otras. El montaje de Las amistades peligrosas dirigido por Howard Davies en 1985, todo un éxito en el West End londinense y el Broadway neoyorquino, le valió en 1986 una nominación a los premios escénicos Tony por su papel del Vizconde de Valmont.