Además de Derecho y Psicología, Picazo se formó en la Escuela Oficial de Cine, donde años más tarde ejercería como profesor, junto a compañeros como Carlos Saura, José Luis Borau, Mario Camus, Basilio Martín Patino y Angelino Fons. El ambiente de renovación de los años 60, con la citada escuela como eje, propició el nacimiento de una generación que se vino a llamar el Nuevo Cine Español.

Su primera película, La tía Tula, adaptaba la novela de Miguel de Unamuno con un interesante giro, trasladar la acción de principios del siglo XX a los años 60 para hacer una crítica de la sociedad contemporánea. Aparte de los dos premios del Festival de San Sebastián, su obra magna le valió además el del Círculo de Escritores Cinematográficos a mejor director y el Sant Jordi a mejor película.

En los años siguientes le costaría esquivar a la censura en más de una ocasión, lo que, unido a sus desencuentros con productores, le valió una carrera cinematográfica breve. Con su segundo trabajo, Oscuros sueños de agosto, ganó nuevamente el premio del CEC a mejor director.

Después vendrían Los claros motivos del deseo, El hombre que supo amar y Extramuros, con la que ganó el premio ACE (Asociación de Cronistas de Espectáculos de Nueva York) a mejor director.

En televisión se labró una carrera como realizador de series como Crónicas de un pueblo y adaptaciones literarias como Entre visillos o Sonatas. Además, participó en pequeños papeles en películas como El espíritu de la colmena, Remando al viento, Tesis y 99.9.

En 1997, la Academia de Cine lo homenajeó con un Goya de Honor en reconocimiento a su carrera.

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