La Primavera Árabe lanzó a millones de personas a la calle bajo el grito de «Kefaya!» («¡Basta!») en contra de la opresión, el patriarcado, el chauvinismo, la marginalización y la homofobia. Cinco años después, la situación del mundo árabe está aún peor. Sin embargo, hay voces críticas que no claudican. Entre ellas está Maysaloun Hamoud, que firma con Bar Bahar una obra que expone sin tapujos las vergüenzas de una sociedad que no dista tanto de la nuestra.

Leila, Nour y Salma son tres jóvenes palestinas que viven en un Israel que no termina de aceptarlas como ciudadanas de pleno derecho. Sus palabras árabes no son bien acogidas en un territorio en el que impera el hebreo. Leila es una abogada criminalista procedente de una familia musulmana; Nour, una musulmana creyente estudiante de informática; y Salma, una DJ criada en una familia cristiana. Las tres, cada cual a su modo, quieren llevar una vida normal en la que puedan elegir sin variar su identidad. La sociedad, sin embargo, no está de acuerdo.

Mujeres al frente

Hamoud crea tres arquetipos femeninos diferenciados para abrir el campo de visión sobre la realidad de la mujer en Israel. Salma representa a las mujeres lesbianas que deben ocultar su identidad sexual ante los sectores tradicionales. Nour es la imagen de las mujeres aferradas a una tradición que se les revela como injusta y opresiva. Y Leila pone rostro a todas esas mujeres que sencillamente viven su vida haciendo lo que quieren, soportando el juicio de una sociedad que las encuentra a un tiempo fascinantes e inadmisibles.

Tres mujeres al frente en un cine acostumbrado a relegarlas a un segundo plano como novias, madres, hijas… Papeles que ya no dan más de sí. Aún joven, el cine palestino no ofrecía muchas candidatas para encarnar tres papeles tan complejos. Hamoud confiesa lo complicado de la elaboración del reparto, especialmente en el caso de sus protagonistas.

Sana Jammelieh y Shaden Kanboura (la primera, debutante; la segunda, actriz de teatro), que encarnan a Salma y Nour respectivamente, se incorporaron al proyecto dos años antes del rodaje. Pero Leila no aparecía. El personaje más complejo, alter ego del espectador, requería de una intérprete con tal fuerza que, en palabras de Hamoud, «fuera una Leila por sí misma». Entonces, un mes antes del rodaje, apareció Mouna Hawa, un auténtico vendaval.

Polémica

Pese a lo duro del conflicto que plantea Bar Bahar, no estamos ante un melodrama panfletario. Hamoud equilibra con buena mano el drama con humor e, incluso en la representación de los momentos más crudos, su realización opta por la sobriedad, huyendo del morbo. A ello se suman una estética naturalista y una potente banda sonora que reúne lo mejor de la escena underground palestina.

Polémica por la honestidad con la que expone la realidad de las mujeres palestinas en Israel, Hamoud no es ingenua ante las repercusiones, incluso personales, que su película puede generar en una sociedad con sectores que presumiblemente la recibirán con incomodidad. Pero la realizadora palestina criada en Israel no está dispuesta a callarse (de hecho, planea completar el tema con una trilogía), pese a quien pese. «El fundamentalismo es una enfermedad mortal. Y si no nos atrevíamos a sacudir la alfombra de una vez por todas, posiblemente acabaríamos ahogándonos debajo».

No es de extrañar que no haya sido Israel el primer país que estrene comercialmente su película (allí llegará en enero). Es España la merecedora de tal honor, en una Europa que a ojos árabes parece un paraíso de libertad y tolerancia. Quizá lo más triste de abandonar la sala tras ver Bar Bahar sea mirar a nuestro alrededor y comprobar que, con su propia idiosincrasia, los conflictos de base de sus protagonistas no son tan diferentes de los que podrían tener viviendo en nuestro país.

Bar BaharBar Bahar. Entre dos mundos
Dirección y guion: Maysaloun Hamoud
Intérpretes: Mouna Hawa, Sana Jammelieh, Shaden Kanboura, Mahmud Shalaby, Henry Andrawes, Ahlam Canaan, Ayman Sohel Daw, Riyad Sliman
Fotografía: Itai Gross
Música: MG Saad
Israel, Francia / 2016 / 96 minutos