Ha pasado mucho tiempo desde que en 1964 Jacques Demy le diera en Los paraguas de Cherburgo el papel que colocaba a Catherine Dorleac, que cambiaría su apellido artístico por Deneuve en honor a su madre, en el panorama cinematográfico universal. Sólo un año después, Polanski la guiaba en Repulsión. La cámara supo entonces que era una actriz de registros diversos, tan sólida como la romántica heroína de Los paraguas… como en el complejo papel de joven atrapada por el sexo de Repulsión.

La dirigirían después, entre un puñado de cineastas de altura, Buñuel (Belle de Jour, Tristana), Truffaut (El último metro), Tony Scott (El ansia) o Lars Von Trier (Bailando en la oscuridad) para confirmar la dimensión de una actriz extremadamente versátil. Una mujer que confiesa estudiar al milímetro cada papel para fundirse, -“necesito sentirme en la piel de cada una de las mujeres a las que interpreto”- con los personajes a los que da vida.

Ahora Deneuve es Beatrice, mujer caprichosa, egoísta e impulsiva que irrumpe en la vida de  Claire que, en las antípodas de la anterior personalidad, es sensata, solitaria y tranquila, y trabaja como comadrona demostrando cada día un talento natural para traer a niños al mundo y ayudar a los demás.

La vida de Claire (Catherine Frot) se verá trastornada por el regreso de quien fuera amante de su difunto padre. Pero Béatrice insiste y quiere verla con urgencia tras veinte años de mutua indiferencia, en un encuentro que conducirá a la revelación de secretos que darán sentido a una parte importante de las vidas de ambas.

Dos mujeres
Dirección: Martin Provost
Intérpretes: Catherine Deneuve, Catherine Frot, Olivier Gourmet, Quentin Dolmaire y Mulène Demongeot
Fotografía: Yves Cape
Música: Grégoire Hetzel
Francia / 2017 / 117 minutos