De las manos de Alberdi han salido estrenos mundiales de Sofía Gubaidulina, Karlheinz Stockhausen, Joan Guinjoan, Luis de Pablo, José María Sánchez-Verdú, Jesús Torres o Félix Ibarrondo. Ha ganado algunos de los concursos internacionales más importantes del mundo, como el Certamen Internacional de Acordeonistas y Bayanistas de Moscú y la Coupe Mondiale y ha ofrecido conciertos en el Auditorio Nacional, el Teatro de la Fenice, la Sala Arsenal – Metz, la Royal Academy of Music, la Sala Sinfónica de San Petersburgo, el Auditori de Barcelona o la Staattsoper Stuttgar, entre otros.

Ahora, el acordeonista vasco acaba de grabar junto a la Orquesta Nacional de España, bajo la batuta de Nacho de Paz, el álbum Conciertos para acordeón y orquesta, editado por el sello discográfico de la propia Orquesta. Se trata del primer monográfico en torno a los conciertos para acordeón y orquesta estrenados por un solista en colaboración con cuatro compositores de su misma generación: Jesús Torres, Gabriel Erkoreka, José María Sánchez Verdú y Ramón Lazkano.

¿Cómo surgió la grabación de este disco con la Orquesta Nacional de España?

Es una propuesta de distintas partes. Por un lado, la ONE ha creído desde el principio en este proyecto, y tanto la dirección como la orquesta han apostado fuerte por él. Por otro soy un poco la persona que los ha estrenado durante los últimos 15 años y que tenía el convencimiento de que esas obras podían incluirse en un CD.

Es la primera vez que se graba un disco de estas características…

No es muy habitual ver un disco en el que un solista grabe cuatro conciertos de un instrumento, sobre todo en música actual, porque suelen ser conciertos de mucha complejidad cada uno de ellos. Creo que es una aportación interesante al repertorio de acordeón y de orquesta también por los compositores de los que estamos hablando.

¿Cuándo se publicará?

Creo que en septiembre ya estará el disco terminado y luego la ONE decidirá cuando presentarlo, ya que es un disco que está dentro de su sello y el primero que saldrá es con Frühbeck de Burgos. Imagino que los otros irán poco a poco saliendo cuando la Orquesta lo considere dentro de su programación. En cualquier caso saldrá este año o, a lo más tardar, el año que viene.

«No se programa mucha música actual y eso complica que el acordeón esté accesible al público»

A pesar de ser el acordeón un instrumento muy popular, es a la vez bastante desconocido. ¿Cree que el público puede conocer hoy todas sus facetas?

Hoy en día creo que no es imposible que el público se pueda acercar a un concierto para acordeón, pero, como para acceder a un concierto de cualquier otro instrumento, hay que ir al sitio adecuado. Igual que para escuchar un laúd hay que ir a un ciclo de música barroca, para escuchar un acordeón a un sitio de música actual u otras vertientes de música como puede ser la música tradicional o el jazz. Lo que ocurre es que tampoco se programa mucha música actual y eso hace más complicado que el acordeón esté accesible al público. Quizás este es el error: que esta música debería estar mucho más presente.

¿Cuentan los compositores actuales con él?

En mi opinión y bajo mi experiencia, actualmente son muy receptivos porque ya desde mediados del siglo XX se ha venido mascando una produción muy amplia y todos los grandes compositores de la segunda mitad escribieron para acordeón. Hablamos de gente incluso de principios de siglo como Webern o Hindemith o como Robert Gerhard o Gérard Grisey, que son compositores que empezaron experimentando. También tienes compositores como Luciano Berio, Franco Donatoni, Sofia Gubaidulina o Edison Denisov que lo han utilizado como instrumento de plantilla. Por ejemplo, Berio incluyó el acordeón tanto en una ópera como en una obra sinfónica o en una Sequenza. Así, su presencia ha ido in crescendo y hoy en día para los compositores actuales es bastante común escribir para acordeón. Hay quien lo hace de forma esporádica y quien lo hace incluyéndolo en sus ensembles e incluso en sus obras de orquesta.

Es un instrumento muy relevante dentro de lo que es el siglo XXI y que va ganando progresivamente más presencia.

«El acordeón debe estar presente por su valor artístico y no por su tradición»

Además cuenta con unas posibilidades increíbles…

Sí, yo creo que lo especial de este instrumento reside en sus capacidades: a nivel tímbrico, a nivel dinámico, de colores, de extensión, de rango dinámico… Es un instrumento del que no hace falta explicar demasiado y que por sí mismo se vale. Es muy autónomo. Tiene una gran capacidad de ensamblaje con cualquier instrumento y al mismo tiempo es un instrumento polifónico con una gran capacidad solística. Pienso que tal y como se está viendo a nivel histórico es un instrumento que sólo necesita tiempo para que se vaya dando a conocer.

¿Por qué lo escogió usted?

El acordeón siempre ha merodeado en torno a mí. Tenía familiares que lo tocaban, entre ellos, mi abuelo. Pero yo no elegí el acordeón por eso. Estudiaba música, no tocaba ningún instrumento, y escuchaba el acordeón porque ha estado muy presente en distintas estructuras musicales y se ha programado mucho en el País Vasco y en el norte de España. Sin embargo, lo que hizo que me decidiese definitivamente por el instrumento fue que caí por casualidad en manos de un pedagogo, compositor y acordeonista que me hizo ver sus posibilidades. Cuando comencé a tocar Bach, Scarlatti o los compositores actuales y vi lo que podía hacer con el instrumento, lo descubrí realmente y eso fue lo que me movió a decidirme.

«Creo que en España queda por hacer una labor muy importante en torno a la regularización del instrumento»

¿Cómo valoraría la situación del instrumento en España en relación a otros países?

La presencia del acordeón en España es irregular, es decir, hay sitios donde hay una importante «cantera» o producción de intérpretes en torno al instrumento y donde además está muy bien escalonada: grado elemental, medio, superior… Pero hay otros lugares donde es más irregular porque tienen una buena producción de alumnos a nivel profesional de grado medio y sin embargo no tienen centros superiores.

Creo que queda por hacer una labor muy importante en torno a la regularización del instrumento, es decir, en todo el norte, desde Galicia hasta el País Vasco, hay grado superior y medio. También en Zaragoza, Murcia, Madrid, Pamplona, Valladolid y otros sitios. Sin embargo hay muchos otros en que no hay nada. Quizás porque falta algo más de tiempo para que esté presente no por su tradición sino por su valor artístico, educativo y pedagógico. Creo que lo que falta es que vayan surgiendo nuevas generaciones que toquen el acordeón bien y no lo hagan porque es algo tradicional en su región. Eso haría que se regularizara su situación en todo el país.

Lo que pasa es que choca de pleno con la situación actual que está viviendo la cultura. Más que una evolución en cualquier aspecto se produce una involución y esto hace que todavía más esta capacidad de expansión del instrumento esté en manos de los intérpretes y los pedagogos y no reciba la ayuda necesaria por parte de las instituciones. Este es el sentir generalizado, algo que ocurre a un trombonista, a un fagotista y a un acordeonista. Es una pena, pero es así.

¿Hay un buen nivel?

Respecto a Europa no estamos tan mal situados. Tenemos muy buenos profesores y muy buenas generaciones. Lo único, que no salen de forma regular en todas las partes del país. Si vas a Finlandia, a Rusia, a Polonia, a Serbia o Alemania te encuentras que el instrumento sale de una forma muy progresiva en distintas zonas geográficas y siempre muy bien tutelado hasta el final. Necesitamos tiempo para conseguir eso.