Hay quien citaba a L.A. como una futura banda de culto y, quién sabe, desde luego, proyección y talento tienen para serlo. Por el momento, lo único cierto es que es son como un pequeño tesoro para el panorama actual español custodiado por el subconsciente del placer individual. Cualquiera querría llevárselos a casa para que cantaran en la intimidad de nuestro salón porque tienen el poder de envolvernos, poco a poco, en un mundo delicado donde encontrarse con uno mismo y deleitarse con las segundas, terceras, cuartas y quintas escuchas entregadas.

Confirmados ya para el Arenal Sound 2014 y algunos festivales más que aún no han podido desvelar, de vuelta de Latinoamérica y con fechas inmediatas en Estados Unidos, México y diferentes lugares de la geografía española y europea, el 14 de diciembre estarán en La Riviera madrileña ante 2.500 personas. Estos días les esperan también ciudades como Zaragoza, Lérida y Vitoria.

¿Cuál es el recorrido que le queda a Dualize?

Nos han salido mogollón de cosas para hacer fuera de España y eso va a hacer que la vida de Dualize se alargue. Tenemos ya como dos o tres videoclips de canciones que aún no han salido para soltar el año que viene, lo cual alargará la vida del disco casi un año más. Además, en 2014 tenemos un montón de festivales que han salido de repente. Estaremos fuera hasta mayo y a partir de ahí no vamos a parar hasta octubre entre España y Europa.

Casi quien no nos haya visto ya…[se ríe] Hemos conocido a gente que nos ha visto 10 veces este año, una auténtica barbaridad. Yo les digo: «Has estado casi en más conciertos que yo».

¿Qué le gustaría realmente hacer? ¿Seguir en esta línea o grabar un nuevo disco?

Voy a ser sincero. Soy muy inquieto, soy de hacer canciones, de trabajar… Y tengo que bloquear el hecho de imaginar canciones nuevas porque si no me pongo muy nervioso y para mí pierde vigencia el trabajo con el que estoy ahora. De hecho, ya podíamos haber empezado a grabar hace meses porque tengo muchas cosas. He empezado a tener muchas imágenes de canciones nuevas, pero he tenido que pararme los pies porque hay mucho curro que hacer todavía con este disco y seguramente no voy a meterme en el estudio hasta el próximo otoño.

¿No es perjudicial empezar ya con esas canciones si falta tanto tiempo para que se graben?

Sí, por eso las tengo yo y no se las dejo escuchar a nadie. Si hago lo que hacía antes, al final, cuando quisiéramos grabar las canciones tendrían ya un año. Por eso las tengo en mi móvil, y el día que las pierda estamos jodidos, hasta que podamos pensar en un disco nuevo.

La verdad es que me tengo que morder las uñas porque ahora no tenemos tiempo material para entrar en el estudio y no descartamos tampoco grabar cosas en casa, donde vayamos o donde nos pille el toro.

«Estoy empezando a saber hablar de mis sentimientos»

¿Qué le inspira?

Hace años tenía que recurrir al cine o a cosas que me contaba la gente. También a películas que yo me montaba, pero con el tiempo y con el estar todo el día viajando, conociendo gente y haciendo cosas, te das cuenta de que echando mano de tu software ya puedes hacer canciones. De repente me veo escribiendo cosas con sentimientos, cosas mías. Cosas que me han pasado a mí. Estoy empezando a saber hablar de mis sentimientos y eso era algo que antes me daba un poco de pudor y de miedo y aún lo camuflo un poco. Últimamente, y sobre todo en Dualize, hay mucho de mi vida personal en lo que compongo, y lo noto cuando las interpretamos en directo. Tengo canciones de discos anteriores que sí que eran cosas cercanas y demás, pero no las vivo tanto. Sin embargo, cuando estoy tocando After all o Under radar se me pone la piel de gallina en directo y eso se transmite en el escenario cuando ves a toda la gente cantando la canción. Es muy emocionante. Eso me está pasando ahora y no me pasaba antes.

¿Qué más pasos cree que ha dado como músico?

Este es uno grande. Aprender a cantar tus propias canciones es entender a esas personas que las cantan y que las sienten tan dentro. Eso no lo había sentido antes. Sí que sentía cosas cercanas pero no había cantado mis intimidades delante de tantas personas.

¿Con qué momento se queda: con ese en el que empieza a salir la canción o cuando ya la canta para el público y ve su reacción?

Ambos por igual. Es tan mágico estar en casa y de repente notar que sale algo… Empieza todo a vibrar y ya tienes la ‘big picture’ de la gente cantando la canción en la cabeza. Con muchas canciones es así, te imaginas desde el principio a la gente cantándolas. Si yo hago la canción creyendo eso luego se transmite al público.

«Aprendí antes a pinchar un vinilo que a hablar»

¿Cree que el destino se equivocó y no debería haber nacido en Mallorca?

[Risas…] No, para nada. Creo que es perfecto así. Me siento ‘hiper mega’ mallorquín. Disfruto de mi tierra. Mi influencia anglosajona es adoptada de nacimiento porque en mi casa se ha escuchado música americana e inglesa desde que mis padres eran jovencitos. Me he criado escuchando eso. Aprendí antes a pinchar un vinilo, a limpiarlo y a ponerle la aguja encima, que a hablar. Suena absurdo, pero es así. Mi padre se quería asegurar de que no le iba a joder los discos y me enseñó todo el proceso. Ese amor por la música, por los libros y revistas que heredé de mi padre hace que ame esto al 100%. Soy ultrafan de miles de bandas y soy ultrafan de coleccionar cosas, de esperar a grupos en la puerta del hotel…  He hecho eso y lo seguiría haciendo.

¿Ah, sí? ¿A quién ha esperado en las puertas de los hoteles?

Ufffff… A muchos. Viviendo en Barcelona hace años recuerdo perseguir casi a Pearl Jam por la calle. Éramos siete personas y les conocimos ahí, hablamos con ellos…. Me volvía loco totalmente. Y de repente la perspectiva cambia. Hemos tenido la gran suerte de haber conocido a esta gente luego en backstages y de verlos ya como otra cosa. Admirarlos totalmente, pero luego hablar con ellos y pensar que son tíos jóvenes que siguen tocando la guitarra y siguen flipando. Eso es súper bonito. Sigo siendo igual de fan total.

¿El músico tiene que ser muy fan?

Sí, pero no todos lo somos. Me encuentro a muchos músicos por el camino que podrían estar en la música igual que de representantes de Microsoft. Ves quien realmente ama esto y quien no. Hay muchas bandas con las que hablas y te das cuenta de que no se enteran de nada. Es totalmente lícito no escuchar a nadie y hacer música maravillosa y ser un genio, pero notas quien ama esto, tiene sus colecciones de revistas plastificadas en la estantería, y quien no.

¿Se pone la etiqueta de indie?

No, la verdad es que no. Indie español para nada. Creo que el indie español es un estilo de música muy definido y no creo que nosotros lo hagamos. Somos indies porque no somos Antonio Orozco, ni Malú, ni Nena Daconte…

«No quería nada más en la vida que tocar la batería con Pearl Jam»

¿Qué hay en la base de todo? ¿Qué influencias tienen?

Me gusta oír las influencias que la gente encuentra en nuestra música. Nos han dicho que sonamos mucho a Editors. No creo que nos parezcamos en nada, la verdad. Cantamos en inglés y yo tengo un timbre de voz un poco más grave. Citaría a Sade antes, a Sniff ‘n’ the Tears o a Duran Duran. Incluso a bandas de los 80 que a mí me influyeron mucho sin darme cuenta y que siguen ahí. Todo eso pasado por el grunge de los 90, más la música americana, más cuando descubrí a Lucinda Williams, a Steve Earle o a Ryan Adams… Unido a la música que se hace hoy en día y que intentas escuchar. Todo eso hace que L.A. suene como suena, pero no puedo decir un grupo concreto.

Ah… Pearl Jam también. He sido muy fan de ellos cuando tenía 15 y 16 años. Quería tocar la batería con Pearl Jam sí o sí. No quería nada más en la vida. No quería tocarla en su banda, sino que un día tocasen en un concierto, el batería se cayese al suelo y le pasase lo que en el show ese de los Who en el que salió uno del público a tocar. Yo soñaba con eso. Puede ser que me hayan influido.

¿Qué le diría a alguien que esté esforzándose por sacar un disco?

Antes de firmar con Universal, sólo un mes antes, estuve a punto de tirar la toalla totalmente. Pensaba seguir tocando la guitarra porque me lo pasaba bien, pero me parecía inviable sacar un disco. Pero cuando menos te lo esperas, si sigues currando y crees en lo que haces y eres honesto, llega. Lo curioso es que L.A. era mi proyecto paralelo. Tocaba en cuatro bandas la batería e hice L.A. como mi pasatiempo. Estaba en mi casa y me gustaba tocar la guitarra y tal y cual, y de repente L.A. se ha convertido en mi vida a 100%. No hago nada más que dedicarme a esto. Es curioso que cuando menos te lo esperas, con tu proyecto paralelo, eso que tienes ahí para pasar el rato… suceda. ¿Por qué? Porque fui honesto.

¿Se esperaba algo así?

Que va, que va… Para nada. Aún ahora no espero nada, sólo tocar toda mi vida. No pido hacerme multimillonario. Me gusta llegar a la gente, me gusta ir a la Riviera y que haya gente, que se vendan los tickets, que las personas disfruten y que canten las canciones. No espero más. Todo viene luego. Si lo haces bien y te lo crees, la gente se lo cree.