Hay quien los considera ya los herederos de los mismísimos Strokes. Puede sonar exagerado, pero la calidad de los 10 temas de su nuevo disco, envasados de manera casi artesanal y profundamente cuidada, hace que estemos ante un disco que bien puede escribirse con letras mayúsculas y que queda sólo a merced de los gustos. Un disco entre el synth-pop y el dream pop con dosis de funk, soul y muchas reminiscencias de la música de los 80. Todo con un verdadero corte internacional al que le suele acompañar el adjetivo “deliveradamente cool”.

“En realidad, nosotros creemos que más que cool es un disco emocionante”, dice Papu, voz y guitarra de Polock.

Exploración y búsqueda

Después de dos años y medio sumergidos en la gira del disco anterior, Papu consideró que era el momento perfecto para crear nuevos temas y trabajó con ideas que iba recopilando en una pequeña grabadora. Después, las canciones se compusieron a modo de puzle y a partir de ahí estuvieron un año y medio grabando demos, y seis meses en el estudio de grabación.

Rising up es el resultado final de una exploración, de un juego musical en el que Polock ha ido avanzando pantallas y ganando niveles. “En cada disco intentamos buscar otras sonoridades. Disponíamos de un montón de teclados analógicos antiguos que nos habían dejado y que no controlábamos al 100%, por lo que nos tomamos nuestro tiempo en investigar y en ir poco a poco destilando los sonidos de cada aparato”, puntualiza Papu.

Segundo primer trabajo

Polock no ha sentido que este álbum fuera el segundo. Lo han vivido como si se tratase otra vez del primer trabajo de su carrera. “Hemos tenido todo el tiempo la sensación de estar empezando algo de nuevo, y la presión venía más que por las críticas, por el propio grupo, ya que queríamos hacer algo de lo que estuviéramos totalmente satisfechos. Queríamos hacer canciones que nos emocionaran y que nos gustaran”.

Durante el proceso de composición la banda no dejó de escuchar música en ningún momento y se empapó de Dylan, de Bowie, de Imagination y del Dangerous de Michael Jackson, un disco que les gusta especialmente y al que han hecho una especie de homenaje en Tangles, el segundo tema de Rising up.

Everlasting, el primer single del disco, fue el primer tema que compusieron y con el que la banda notó un cambio drástico en el sonido y en la manera de entender una canción. “Deja un poco descolocado y nos pareció una buena manera de empezar”, confiesan. “En general creo que hemos madurado mucho con el sonido respecto al disco anterior y creemos que es mucho más potente, más variado, con toques soul, funk… Con sintetizadores, algo más disco en algunos momentos… Hemos estado mucho tiempo limando todo y podemos decir que se ha afilado tanto como la punta de un diamante”.