La expresividad del papel, su viveza evocadora e íntima, lo han convertido a menudo en terreno fértil para la experimentación de numerosos creadores. Su sencillez, fragilidad y su delicadeza poética apelan a la inmediatez, a lo etéreo, cualidades que conectan con la sensibilidad contemporánea.

Explorando el trazo, la exposición colectivade la galería Marlborough Barcelona, ofrece una visión caleidoscópica de diferentes generaciones de artistas que habitualmente se sirven del papel para explorar nuevos caminos: Alfonso Albacete, Avigdor Arikha, Fernando Botero, Martín Chirino, Juan Genovés, Luis Gordillo, Joan Hernández Pijuan, Abraham Lacalle, Lucio Muñoz, Pelayo Ortega, David Rodríguez Caballero y Tomás Sánchez.

Diferentes visiones

Algunos artistas continúan utilizando el papel como material para sus dibujos preparatorios, caso de Martín Chirino (Las Palmas de Gran Canaria, 1925) que, a pesar de ello, les otorga una entidad plástica propia. En sus grandes trazos delicados y elegantes hace suya la ventaja del silogismo, menos es más. La obra que se expone en esta muestra forma parte de su serie Crónica del siglo XX.

En cambio, otros artistas como Avigdor Arikha (Bucovina, 1929-París, 2010) no hacen nunca esbozos previos. El propio pintor sostenía que «el instante no se repite. Si lo retocas, lo desorganizas. Yo no puedo permitirme dar marcha atrás». En la exposición se puede ver uno de sus exquisitos dibujos, de trazo nervioso, realizado directamente con tinta sobre papel.

El papel es el material que mejor expresa la nada para Juan Genovés (Valencia, 1930). En la obra que forma parte de esta muestra, precisamente le interesó dejar caer las formas sobre el vacío, personajes que huyen hacia un espacio de más armonía donde encontrar un ideal de justicia.

Abocetar y componer

El papel es una constante en la obra Lucio Muñoz (Madrid, 1930-1988). Acude a él para introducirse en la abstracción, para abocetar y para componer. Experimenta con el papel incluso haciéndolo a mano, como vemos en el collage de la exposición, con el fin de llegar a una obra cada vez más depurada y más clara. Además del collage se presentan dos de sus delicados dibujos de finales de los 70.

En sus creaciones, Alfonso Albacete (Antequera, 1950) establece una comparativa entre las etapas vitales del gusano y del hombre. El pintor convierte el papel en registro de lugares, momentos y sensaciones de ambos. Su obra, de trazos sutiles, describe la vida a partir de esos instantes que evidencian las habituales tensiones entre la naturaleza y el ser humano.

De Fernando Botero (Medellín, 1932) se exhibe una acuarela de 2006. El artista siente fascinación por el lado pintoresco del circo tradicional, y se inspira en su poesía y plasticidad. Se aprecia un contraste entre la melancolía de sus protagonistas y la vivacidad de las piruetas que ejecutan con solemnidad.

Creación espontánea

Las obras de Luis Gordillo (Sevilla, 1934) que se presentan en esta muestra poseen gran densidad pictórica. Él mismo explica que en su proceso de creación mezcla distintas técnicas de manera espontánea, siguiendo su propio impulso.

Nada es extraño ni viene impuesto en la obra de Joan Hernández Pijuan (Barcelona, 1931-2005). El artista participa en la muestra con su pintura de espacios y silencios aportando serenidad al conjunto con su geometría íntima.

La historia del arte y la literatura nutren las obras de Abraham Lacalle (Almería, 1962)  y Pelayo Ortega (Mieres del Camino, 1956). Lacalle trabaja habitualmente con acuarela sobre papel, impactando en el espectador por medio de una singular yuxtaposición de formas distintas y por su personal suntuosidad de color. Ortega, por su parte, aporta a la muestra dos poéticas obras de estilo depurado en las que la simplificación de líneas le ayuda a abordar los temas de forma directa y concisa.

También encontramos a David Rodríguez Caballero (Pamplona, 1970), que a través del vinilo desarrolla un dibujo gestual. Para Explorando el trazo muestra dos obras ejecutadas a partir de la superposición de tiras de vinilo sobre papel, que se traducen en sugerentes composiciones geométricas. Y, por último, Tomás Sánchez (Aguada de Pasajeros, 1948) crea imágenes profundas y espirituales de la naturaleza. Sus obras, como Over Biscayne Bay I, representan metáforas de un paraíso perdido.