«La Tempestad es un tratado sobre los recovecos de la búsqueda del poder y su ostentación. Todos los personajes, de manera más o menos evidente, se relacionan con él. Próspero es el señor de la isla, siendo Cáliban y Ariel sus siervos. Era duque de Milán, pero su hermano Antonio le arrebató el poder y lo echó al mar. Su historia es la de una venganza, pero también la de sus esfuerzos por recuperar el poder perdido». Con estas palabras define Sergio Peris-Mencheta la obra de Shakespeare.

Tragedia, comedia y romance se combinan en este montaje protagonizado por un elenco enteramente masculino: Victor Duplá, Quique Fernández, Antonio Galeano, Xabier Murúa, Agustín Sasián, Eduardo Ruíz y Javier Tolosa son los siete actores que interpretan a los veinte personajes de la obra.

Un espectáculo para los sentidos

El espacio escénico, como si de un circo se tratara, sitúa al espectador alrededor de un círculo de tierra de unos 8 metros de diámetro en donde se va a representar la trama durante casi dos horas de espectáculo. El propósito es, de este modo, acercar al público a la acción y hacerle casi partícipe de lo que sucede visual y sobre todo, sensorialmente.

Porque Tempestad es un espectáculo para los sentidos, en el que el público desde su entrada se siente parte de la isla, pisa descalzo su tierra, siente la brisa marina en el rostro, saborea sus exóticas bayas, y se envuelve de la música que surge de las propias entrañas de la tierra, y los ruidos de los seres que habitan la isla.