Un total de 163 pinturas, dibujos, collages, esculturas y fotografías de artistas como André Breton, Salvador Dalí, Paul Delvaux, Yves Tanguy, Renée Magritte, André Masson, Max Ernst, Jean Arp, Claude Cahun y Paul Nougé, entre otros, sirven para aproximarse de manera monográfica a esta sugestiva relación que propone el filosofo y crítico de arte José Jiménez, comisario de la muestra, y a la que se ha prestado una escasa atención en el ámbito artístico.

Los surrealistas reivindicaron desde un primer momento el sueño, junto a la escritura automática, como una de las vías fundamentales de la liberación de la psique. Aunque los planteamientos de Sigmund Freud, y en particular su gran obra La interpretación de los sueños (1900), resulten decisivos para sus aproximaciones al mundo onírico, no se limitaron a ser meros seguidores del padre del psicoanálisis. Para ellos, el sueño era un plano de experiencia diferente al de la vida consciente, cuyo conocimiento incidía de modo especial en el enriquecimiento y ampliación del psiquismo.

Actitud ante la vida

Las obras que se exponen han sido cedidas por museos, galerías y colecciones particulares, entre los que destacan la Tate Modern de Londres, el Centre Pompidou de París o el Metropolitan Museum de Nueva York, y pretenden mostrar cómo los artistas surrealistas fueron los primeros en fusionar los géneros expresivos y una estética multimedia, tan propia de la sociedad actual, para demostrar una actitud diferente ante la vida.

En este sentido, el cine tiene una presencia primordial en la muestra que se traduce en siete vídeo-instalaciones en las que se proyectan fragmentos de producciones como Un perro andaluz (1929) de Luis Buñuel y Salvador Dalí.

Mujeres artistas

Otro aspecto a resaltar de la muestra es la presencia de mujeres artistas, ya que encontraron una forma de abrirse un hueco en un mundo de hombres, lejos del papel de musas que les había otorgado el arte anteriormente. El número de féminas presentes en la exposición es numeroso, entre ellas destacan Nadja, Toyen, Dora Maar, Leonor Fini, Remedios Varo o Dorothea Tanning, entre otras.

La exposición quiere resaltar, en definitiva, al sueño como experiencia enriquecedora y como liberación, tal y como entendían los artistas pertenecientes a este movimiento, dejando atrás la concepción que se le había concedido anteriormente como vacío y agujero de la consciencia.