El título de la exposición, Site/Non-site, ha sido tomado del artista y teórico irlandés Robert Smithson, y alude a esa dialéctica entre exterior e interior, entre la pintura al aire libre y el trabajo en el estudio.

Esta primera retrospectiva sobre el artista organizada en España explora la relación entre dos géneros que el pintor frecuentó con la misma pasión: los paisajes y las naturalezas muertas. Al igual que los impresionistas, Cézanne pinta sus paisajes al aire libre, sin embargo sus obras carecen de estaciones y horas del día, y los motivos de la naturaleza están colocados en una suerte de puesta en escena.

De manera inversa, el pintor francés incorpora en sus bodegones los cambios y tensiones propios de la naturaleza, y los objetos que tradicionalmente transmiten estabilidad se apoyan los unos en los otros en un equilibrio precario, es en definitiva, un laboratorio de la composición.

Motivos y temas

La muestra está dividida en cinco apartados. El primero de ellos, titulado Retrato de un desconocido, sólo cuenta con una pintura, Retrato de un campesino, que está pintado en el último estudio del pintor, entre el interior y el exterior. Si el visitante continúa se encuentra con La curva del camino. Esta segunda sección hace referencia a la pasión de Cézanne por caminar en busca de motivos y temas. En sus cuadros, los caminos no van a ningún sitio, incluso cuando se divisa el cielo del fondo, se parece más a una pared.

El tercer apartado –Desnudos y árboles– incluye las escenas de desnudos de Cézanne. Están pintados al natural en medio de paisajes con árboles. En estos cuadros, desnudos y árboles se combinan íntimamente. La siguiente sección –El fantasma de la Sainte-Victoire– recoge los bodegones del artista, en los que se encuentra muy presente la montaña Sainte-Victoire.

Finalmente, la quinta y última sección, Juego de construcciones, incluye sus cuadros de paisajes. Paisajes sin figuras y sin movimiento que se transforman fácilmente en naturalezas muertas. Estas pinturas tendrán una gran influencia en los primeros pasos del cubismo, representado en la exposición por algunas obras de Braque, Derain, Dufy y Lhote.

Curso monográfico

La exposición Cézanne. Site/Non-site se completa con un curso monográfico titulado ‘Reencuentro con Cézanne’ que se desarollará entre el 5 de marzo y el 9 de abril. Todos los miércoles, a las 17.30 h, se darán cita en el salón de actos miembros del Departamento de Pintura Moderna y del Área de Conservación para abordar diversos aspectos de la obra de Cézanne. Los asistentes podrán disfrutar de las ponencias de Guillermo Solana, Juan Ángel López-Manzanares, Clara Marcellán, Paula Luengo, Paloma Alarcó y Marta Ruiz del Árbol.

Pintor incomprendido

Cézanne fue casi toda su vida un pintor incomprendido, incluso fracasado, como lo había sido Claude Lantier, el protagonista de la novela de Émile Zola L’Oeuvre, en quien Cézanne se reconoció, lo que provocó la ruptura con su amigo de la infancia.

Sólo en los años finales de su vida volvió a exponer en la galería de Ambroise Vollard en 1895, en la que sería su primera muestra individual. A partir de ese momento su obra pudo ser vista en otras exposiciones y comenzó a ser valorada y a influir en los jóvenes fauvistas y en los futuros cubistas. Su exposición póstuma, celebrada en París en 1907, fue toda una revelación y desencadenó el comienzo del cubismo.

Cézanne pasó los años finales de su vida retirado en su Provenza natal, pintando al aire libre los paisajes y los campesinos de los alrededores de Aix-en-Provence , así como numerosas naturalezas muertas en la soledad de su nuevo estudio situado en lo alto de los Lauves. Hacía mucho tiempo que la pintura había dejado de ser para él una mera representación del mundo para convertirse en un proceso analítico de investigación de las estructuras constitutivas de la realidad, y para ello nada era más adecuado que la naturaleza muerta.