Un parque, de por sí, ya es un escenario. Citas concertadas, encuentros casuales, conversaciones fútiles que en ocasiones devienen en reflexiones profundas de dos o más individuos, hogar de indigentes, lugar de contemplación, de paseo, de juego, de seducción… Se trata de «historias cuyo único nexo de unión es un banco de un parque», afirma el director de la obra, Sergui Peris-Mencheta.

El banco se convierte en el sitio idóneo para la complicidad o el antagonismo, aunque solo sea por la proximidad física de dos desconocidos. La palabra hace el resto. Este es el punto de partida de las ocho piezas que componen Continuidad de los parques.

Roberto Álvarez, Fele Martínez, Gorka Otxoa y Luis Zahera interpretan a más de 20 personajes que se cruzan, chocan, encuentran y desencuentran en un parque. Su afán común es el de sorprender con ingenio y sentido del humor, componer situaciones donde el desenlace imprevisto dé sentido a la extrañeza inicial. Los personajes adquieren su verdadera dimensión, su comportamiento “coherente”, una vez sobrepasan el umbral de lo incomprendido.

Absurdo y humor

Tras los éxitos de Un trozo invisible de este mundo, Tempestad e Incrementum (que continúan de gira), Peris-Mencheta vuelve a la dirección escénica con esta comedia de Jaime Pujol que mezcla el absurdo, la reflexión y el humor, y que bebe de los relatos de Roald Dahl y de Saki.

El espectador recibe una visión distorsionada de la realidad a través de la mirada de los personajes y de la dualidad entre la locura y la racionalidad, una confrontación entre el inconfundible mundo exterior observado por un personaje y la visión modificada e interior de otro.

Juego teatral

Continuidad de los parques es una obra de teatro entendida al más puro estilo Mencheta, en la que se utiliza un lenguaje diferente y en la que los actores tienen que preparar diferentes personajes, todos ellos muy distintos, en un trabajo en desequilibrio, «Sergio nos ha obligado a salir de nuestra zona de confort, a no acomodarnos sobre el escenario y nos ha llevado al límite. Es todo un juego», asegura el actor Gorka Otxoa.

Los espectadores lo verán nada más sentarse, la interacción comienza al entrar a la sala, ya que su acomodadora será Marta Solaz, que pone la música y la voz narradora sobre las tablas y que será la encargada de presentar a cada visitante con el que tenga a su lado. Para construir la música en directo, Solaz ha tenido que aprender a utilizar un ‘looper’.