La muestra, que ya se pudo visitar en Madrid, Granada, Lisboa, Viena y Budapest, cuenta con más de 400 piezas entre fotografías históricas y contemporáneas; vídeos, documentos, objetos etnográficos y cotidianos; elementos interactivos y tecnología de vanguardia para ofrecer una visión moderna de la presencia en nuestro país del pueblo gitano, de sus formas de vida y de sus aportaciones culturales.

Desde 1425

Desde 1425 existe constancia documental de la llegada de gitanos en España, pero su cultura sigue siendo hoy desconocida y desconsiderada por gran parte de la sociedad. Hasta la instauración de la democracia y de la Constitución de 1978, los gitanos no gozaron de derechos como el resto de los españoles y, sin embargo, su contribución al acervo cultural español y andaluz ha sido decisiva para enriquecer el patrimonio artístico de nuestro país.

En estos casi seis siglos de presencia gitana, muchas han sido las vicisitudes que ha tenido que pasar este pueblo mal llamado nómada (sus movimientos globales han sido forzados). Desde la llegada gitana a España, el acervo cultural de este pueblo ha ido acrecentando y enriqueciendo el patrimonio de todos los andaluces, de tal manera que, en determinados campos artísticos –el musical es el más obvio– es muy difícil diferenciar lo gitano de lo andaluz.

La exposición se estructura siguiendo un orden cronológico. Se puede ver una línea del tiempo que llega hasta el siglo XIX y que está jalonada de reales decretos, pragmáticas de expulsiones, normativas de cómo deben vivir, vestir, oficios en los que trabajar y hasta cómo deben hablar.

La Gran Redada

En 1749 se produce la Gran Redada, también conocida como ‘Prisión general de gitanos’, una persecución autorizada por Fernando VI y organizada en secreto por el marqués de la Ensenada con el objetivo de arrestar (y «extinguir») a todos los gitanos del reino.

A partir del siglo XIX y, aunque siguen en la marginalidad, los primeros viajeros europeos que llegan a Andalucía idealizan la imagen de este pueblo y fijan una iconografía en contraposición con la realidad que queda reflejada en grabados de Doré, postales de Señán y retratos de Chorrojumo. Esta época permite hacer una revisión de cómo el pueblo gitano inspira al arte a través de la obra de García Ramos, Romero de Torres, Modigliani, Picasso, García Lorca, Manuel de Falla o Isaac Albéniz, entre otros grandes creadores.

Período oscuro

La muestra también revisa los años 40, 50 y 60, décadas en que llega la inmigración del campo a las ciudades, y de las ciudades a los polígonos y extrarradios de los centros urbanos. Un periodo oscuro pero que se muestra lleno de vitalidad a través de las fotografías de Jacques Leonard cedidas por el Arxiu Fotogràfic de Barcelona y de la obra de Steve Kahn, Mark Johnson, Robert Klein y David George, englobados en Flamenco Project.

Es precisamente en esa época cuando el franquismo utiliza en su beneficio a iconos del flamenco como Carmen Amaya, para su promoción a través de películas que gozaron de gran popularidad. En la muestra se proyecta un audiovisual que recoge las secuencias más representativas del cine de la época.

Otros temas

La exposición también trata otros temas como los oficios, el papel de la mujer gitana, la religión, el asociacionismo y el avance en los derechos de este pueblo en España, las perspectivas de futuro o la recuperación de la lengua romaní, deteniéndose en la importancia que desempeña el nuevo flamenco en la cultura española.

Para finalizar, instantáneas de Isabel Muñoz, entre ellas la seleccionada para el cartel de la muestra, de Cristina García Rodero y de Gilles Larrain, se suman a esta exposición, junto a las fotografías de familias gitanas que han querido participar en el proyecto.

Vidas Gitanas. Lungo drom ha sido seleccionada por el Programa Cultura 2007-2013 de la Unión Europea.