Todo empieza con el disparo de un cañón… Juan López presenta en el ABC su particular mundo de trampantojos, muros que se descuelgan, suelos que se levantan y estructuras alteradas. En Ruinas Graves, el cántabro trasciende al dibujo difuminando la frontera con la escultura, la instalación y la arquitectura, «se trata de llevar el dibujo hacia algo más escultórico, de modificar la percepción del espacio arquitectónico a través de él», asegura López.

El artista utiliza como punto de partida el óleo sobre lienzo y cartón de Luis Palao Averías Graves (1898), perteneciente a la Colección ABC y que representa el cañón de un buque de guerra dañado en combate. Como polo opuesto elige el lienzo Paisaje con ruinas (1848), de Lluís Rigalt, cedido por la Colección Banco Santander.

El disparo del cañón marca el origen de un balazo que atraviesa los espacios del Museo ABC, dejando tras de sí paredes descolgadas, un inestable suelo levantado, juegos de trampantojo que fracturan el espacio interior y que termina en los restos grecolatinos mostrados por la obra de Rigalt.

En línea con sus anteriores trabajos, esta intervención redibuja el espacio arquitectónico, obligando al visitante a ser consciente de su propia ubicación física dentro de la exposición. Se trata de una nueva etapa en la obra de Juan López, mucho más escultórica.

Sobre el artista

Juan López se licenció en Bellas Artes en la Universidad de Cuenca. En los últimos años viene trabajando en distintos formatos como el dibujo o el vídeo, pero la parte central de sus trabajos son las intervenciones murales efímeras que realiza tanto en interior como en exterior. En las primeras, por medio de dibujos realizados con materiales adhesivos, intenta modificar la percepción del espacio. En los trabajos de exterior se propone lanzar mensajes al espectador sirviéndose de algunos aspectos del lenguaje publicitario, pero sin vender nada.

Aunque el dibujo es la base formal de su trabajo, emplea procedimientos de acción e intervención directa sobre la arquitectura y los espacios. López busca el impacto visual a través de la reflexión, transformando una arquitectura en otra cosa. Sus instalaciones, generalmente de gran formato, suelen ser para exteriores y en ellas combina vinilo fotográfico, cinta aislante y pintura.