Como en todos los escritos de Vargas Llosa, El loco de los balcones está basado en un personaje al que conoció en su juventud y que tenía cierta presencia en la Lima de los años 50. Era un italiano, profesor de Historia del Arte, llamado Bruno Roselli, un «viejecito muy delgado que mantenía una quijotesca batalla en defensa de los balcones» de la Lima colonial.

«Nunca olvidé a ese personaje que conocí en mi juventud y al que siempre recordaba con admiración y cariño. Durante muchos años estuvo dándome vueltas la idea de escribir algo sobre él, o, mejor dicho, inspirado en él», asegura el escritor peruano. Pero a pesar de ser un personaje real, la vida familiar y los personajes con los que se cruza son inventados, en una obra que trata de ser fiel a la época en que se desenvuelve, la Lima de los años 50.

Idealismo

La obra tiene que ver con el idealismo, de amor a lo bello, el respeto al pasado y a las formas. José Sacristán da vida a Aldo Brunelli, el protagonista de El loco de los balcones. Junto a él suben al escenario Juan Antonio Lumbreras, Fernando Soto, Candela Serrat, Carlos Serrano, Emilio Gavira, Alberto Frías y Javier Godino.

La vida de Aldo es tranquila y feliz salvando sus balcones coloniales hasta que su hija Ileana conoce a Diego, un joven arquitecto con el que se casa. Ileana le cuenta a su padre que la tarea del rescate de los balcones le parece absurda y fracasada. La revelación afecta al anciano que experimenta una inmensa culpa al ver sufrir a su hija y en un arranque desesperado decide quemar los 78 balcones coloniales que protegía e intenta suicidarse.

  • Sala Principal: de martes a domingo a las 20.00 horas. A partir del 1 de octubre, domingos a las 19.00 horas.

El loco de los balcones. Foto Javier Naval