Kapuściński recorrió las repúblicas de la todavía Unión Soviética entre 1989 y 1991. Con el fruto de esos viajes planeaba organizar una exposición, así que seleccionó personalmente las fotografías y los encuadres y guardó los negativos en sobres, donde permanecerían durante casi una década.

Estas imágenes se expusieron por primera vez en 2010 en la Galería Nacional de Arte Zacheta de Varsovia. Allí se mostraron 50 fotografías de entre los varios centenares que el periodista tomó en la antigua URSS. Las imágenes habían sido seleccionadas por una de las mejores editoras gráficas del país, la redactora en jefe del Departamento Fotográfico de la Agencia de Prensa Polaca y encargada de custodiar y gestionar el legado fotográfico de Kapuściński, Izabela Wojciechowska (1954-2010). Fue ella quien incorporó, a la selección inicial, fotografías procedentes del viaje realizado por el reportero en 1979, tras 40 años de ausencia, a su Pińsk natal. Así, el viaje fotográfico por aquellas tierras adquirió una dimensión personal.

Paisajes y temáticas

El archivo fotográfico de Kapuściński consta de casi 10.000 imágenes y posiblemente constituya una pequeña parte de su obra fotográfica: la que se ha salvado. El carácter singular de El ocaso del Imperio radica en sus paisajes y temáticas: la única frontera geográfica que el autor cruzó en los viajes recogidos en esta exposición fue la del imperio vecino. Un mundo aparentemente mucho más cercano, pero no por ello menos sorprendente.

Después de Varsovia, la exposición visitó Lublin y Wrocław, aunque una versión reducida de la misma recorrió prácticamente toda Polonia. La muestra que ahora llega a Barcelona, y que anteriormente fue exhibida en Madrid, es esa segunda versión reducida, compuesta por 36 de las 50 fotografías.

Las imágenes dan fe tanto del talento del reportero gráfico como de la calidad artística de su obra, que capta imágenes de paisajes con casas y cementerios, complementándolas con retratos de rostros humanos. También se encuentran entre ellas fotografías dedicadas al acontecimiento histórico que supuso el fallido golpe de estado de agosto de 1991 en Moscú, así como varias instantáneas del largo viaje que llevó al autor a través de la Unión.