Günther Förg. St, 1998

Günther Förg. St, 1998.

Comisariada por David Barro, Verfolgen Malerei (Perseguir, continuar la pintura) hace referencia tanto al carácter heterogéneo del trabajo del artista, en el que la abstracción de sus pinturas se desarrolla en paralelo al uso que hace de la fotografía como campo de reflexión artística; como al tipo de obras reunidas en la exposición, en la que más de 40 fotografías de gran formato comparten espacio con 11 lienzos, dos plomos, dibujos y libros del artista.

El visitante se encontrará con un conjunto de piezas cedidas para la ocasión por coleccionistas privados e instituciones públicas que muestra una visión completa del trabajo de Förg desde finales de los años 80 hasta su muerte en 2013.

Arquitectura

Conocido sobre todo por sus fotografías de arquitectura, Förg no busca documentar los espacios arquitectónicos mediante imágenes sino que sus fotografías interaccionen con el espectador dentro del museo, gracias en gran medida a la perspectiva desde la que han sido tomadas, la de un caminante que se aproxima a esas grandes masas de hormigón en las que muchas veces la naturaleza, el paisaje, intervienen de manera sutil.

Esto se refleja en sus trabajos sobre la Bauhaus, la arquitectura racionalista y fascista italiana, el constructivismo ruso u otras escuelas más o menos recientes de la historia de la arquitectura que han protagonizado una parte importante de sus fotografías.

Es el caso de la serie School of Journalism-Parque de Bonaval, presente en la muestra, en la que Förg mezcla las líneas rotundas y los claroscuros del edificio de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de Santiago de Compostela, diseñado por el arquitecto portugués Álvaro Siza, con las imágenes pobladas de árboles del parque de Bonaval. Aquí, la perspectiva escultórica de la arquitectura desvela un deseo de perseguir la pintura, puesto que el artista no puede evitar dotar a sus fotografías de una mirada pictórica, como si en esencia fuese un pintor de paisajes y un fotógrafo de pinturas.

Pinturas y óleos

Günther Förg. St, 1997

Günther Förg. St, 1997.

El trabajo de Förg oscila entre las piezas casi monocromas herederas del Minimalismo y otras más cercanas a la abstracción norteamericana, en las que se observa un claro trasvase entre las imágenes fotográficas y la ordenada disposición de los elementos en el lienzo, en las construcciones de color sutiles y fácilmente reconocibles que convirtieron al artista alemán en una de las figuras más importantes del arte internacional.

La selección de óleos y acrílicos presentes en la exposición incluye ejemplos de ambas. Por un lado, obras de finales de los años 80 y de la década de los 90 en las que las masas de color son divididas por áreas rectangulares, piezas en las que conviven dos o tres colores como máximo en los que predomina casi siempre una verticalidad presente también en las formas que retrata en sus fotografías. Es en este tipo de obras a través de las que el artista experimenta con el comportamiento de los pigmentos sobre diferentes superficies como el plomo, un material que le ofrecerá la posibilidad de entender el cuadro como materia, consiguiendo ascender un peldaño más en la evolución de la pintura moderna.

Por otro lado destaca un grupo de pinturas, realizadas ya en el nuevo siglo, más cercanas a la abstracción formal, en el que el protagonismo recae sobre las retículas que cubren la superficie del cuadro, trazos rápidos que forman cuadrados cuyos límites exceden sus propias dimensiones, casi siempre en negro, que destacan a veces sobre bases neutras y que otras comparten espacio o son fagocitadas por masas o espirales de color, y que constituyen quizá la vertiente más expresiva de su trabajo, características que comparten con la serie de dibujos y libros del artista incluidos en la exposición.