En Interlude, Cullum bucea en su amor por el jazz en 12 temas que vuelven a los orígenes, a la esencia. El álbum ha sido grabado de una manera muy sencilla, en una habitación, pero eso sí, con músicos increíbles.

El primer single, Don’t let me be misunderstood, cuenta con la colaboración del vocalista y compositor Gregory Porter, ganador de un premio Grammy, y está a la venta desde el pasado 1 de septiembre.

El gusto musical de Cullum es, como mínimo, ecléctico. En sus directos se pueden escuchar desde baladas desgarradoras hasta live sampling, pasando por beat boxing. También su forma de grabar es muy diversa. Recientemente se le ha podido escuchar colaborando en álbumes de Labrinth, Rizzle Kicks, Birdy o del supergrupo de hip hop alternativo Deltron 3030. Confía mucho en su sensibilidad musical, además de ser el artista de jazz que más ha vendido y vende en Reino Unido. También su programa de radio de jazz es el más escuchado de Europa.

La esencia del jazz

«Cuando terminé Momentum -recuerda Cullum- quise trabajar rápidamente en algo nuevo. Estuve renegociando mi contrato discográfico y no sabía lo que iba a ocurrir después. Mientras tanto, mi programa para la BBC Radio 2 llevaba tres años y a lo largo de ese tiempo tuve la suerte de conocer a gente increíble. Aunque estaba familiarizado con la escena de jazz británica, gracias al programa tuve la oportunidad de hablar con algunos de sus grandes nombres. Una de las personas con las que coincidí fue Ben Lamdin, un productor que trabaja bajo el nombre de Nostalgia 77″.

«Ben y yo somos de la misma generación -continúa el músico-. Crecimos escuchando rock, drum ‘n’ bass, hip hop… y descubrimos el jazz a través de nombres como DJ Shadow o A Tribe Called Quest. Montó un estudio analógico increíble detrás del mercado de pescado de Willesden, al norte de Londres, porque amaba la forma en que sonaba y porque así se grababa jazz en el pasado. Se rodeó de músicos afines con los que hizo discos fantásticos durante unos 10 años. He sido fan desde el primer día», continúa.

«Después de esa entrevista decidimos que teníamos que colaborar, así que, sin dudarlo, reservamos tres días en el estudio, contratamos músicos y trabajamos los arreglos con Riann Vosloo, el bajista de Nostalgia 77. Dos semanas después, en una mañana fría de enero, lo grabamos todo en directo, en pocas tomas e incluso utilizando la primera de ellas en varias ocasiones. 16 temas en tres días».

Interlude también ha permitido a Jamie profundizar en otra de sus pasiones, la fotografía. A la hora de pensar en la portada del disco pidió ayuda a su amigo fotógrafo Michael Agel. Cámaras en mano, aprovecharon la reciente gira norteamericana para desarrollar las habilidades de Jamie como fotógrafo inmortalizando a las personas y los lugares que se cruzaron en su camino. Agel, por su parte, se dedicó a retratar a Cullum, tanto sobre el escenario como lejos del mismo.