«El título es una frase que sintetiza el contenido del espectáculo», asegura Pep Tosar, quien lo cogió de uno de los discursos de agradecimiento de Bernhard. Desconcertante y cautivador a la vez, está dotado de la poética más esencial del escritor y dramaturgo austríaco.

Bernhard, contrario a la extrema derecha, estaba en contra de los reconocimientos y las inevitables ceremonias. Esta inquina hacia los galardones quedó plasmada en su libro póstumo Mis premios. A partir de estos testimonios autobiográficos, Pep Tosar genera un espectáculo teatral aprovechando al máximo la intensidad obsesiva, el hastío y la sátira característicos de Bernhard. Este autor tenía «la habilidad de meterse en los recovecos ensombrecidos del alma humana con un gran sentido del humor», explica Tosar.

Con la claridad aumenta el frío va desgranando anécdotas y palabras de cortesía que apenas disimulan su ánimo gruñón y muestra, a través de la risa, las miserias del ser humano. «Lo que he hecho con el libro es convertirlo en una mini biografía, centrada en una relación amorosa que tuvo con una mujer mucho más joven que él», continua el director.