La figura de Conrado del Campo parece encontrarse en una posición incómoda en la historia reciente de la música española. Por un lado, la influencia de su prolongado magisterio, en su triple labor como docente, compositor e intérprete, fue ampliamente reconocida en su época. Pero por otro, su obra apenas alcanzó la esfera pública, quedando con frecuencia restringida a estrenos privados. La falta de obras impresas y la densidad de su escritura parecen responder a esta invisibilidad que este ciclo quiere contribuir a remediar.

  • El miércoles 4 de marzo, el Garnati Ensemble (Pablo Martos, violín; Yuval Gotlibovich, viola; y Alberto Martos, violonchelo), ofrece de Conrado del Campo, el Trío n. 1 (primera interpretación en tiempos modernos), el Trío n. 2 y el Movimiento en Mi menor para trío de cuerda (ambos estrenos absolutos), y dos obras de Manuel Rodeiro (1965) y Ramón Paus (1959) (estreno absoluto).
  • El miércoles 18 de marzo, el Cuarteto Bretón (Anne-Marie North, violín I; Antonio Cárdenas, violín II; Iván Martín, viola; y John Stokes, violonchelo) ofrece obras de Joaquín Turina, Jean Sibelius y Conrado del Campo, con la primera interpretación en tiempos modernos del Cuarteto no 1 en Re menor Op. 56 ‘Oriental’.
  • El miércoles 25 de marzo, la mezzosoprano Anna Tonna y el pianista Jorge Robaina ofrecen varias obras de Conrado del Campo (con un estreno absoluto y una primera interpretación en tiempos modernos), Jaume Pahissa, Andrés Isasi, Richard Wagner, Julián Bautista, Gerardo Gombau, Enrique Casals-Chapi y Richard Strauss.
  • Fantochines, del 11 al 15 de marzo. Desde su estreno en 1923, este título ha conocido una notable repercusión internacional, con representaciones en varios puntos de España, Argentina, Francia y Bélgica; un éxito que contrasta con su práctica desaparición posterior de los escenarios. Concebida para ocho instrumentistas y tres cantantes, es una ópera de marionetas que remite a las mascaradas venecianas y a la estética dieciochesca, insertándose en el espíritu neoclásico del que también participan obras contemporáneas como El retablo de Maese Pedro de Falla. Conrado del Campo compuso, así pues, una ópera de cámara de ambiente dieciochesco y veneciano donde el diálogo entre títeres y cantantes crea un sutil juego de perspectivas, realidades y engaños. Para desarrollar este proyecto de teatro musical, el habitual salón de actos de la Fundación Juan March se transforma en un pequeño teatro.
  • En las mañanas de los días 10, 12 y 16 de marzo habrá en la propia sede de la Fundación funciones didácticas para alumnos de secundaria (previa petición) de esta ópera, que forman parte de la programación pedagógica del Teatro de la Zarzuela.