La muestra, organizada por la Art Gallery of Ontario en colaboración con el Guggenheim Bilbao, cuenta con el patrocinio de Iberdrola e incluye un centenar de pinturas de gran formato, dibujos y fotografías procedentes de colecciones privadas y públicas de Europa y Norteamérica.

Jean-Michel Basquiat fue uno de los artistas más revolucionarios de la escena de los ochenta, de la que también formaba parte Jeff Koons, cuya retrospectiva coincide en el Museo. Nació y creció en Brooklyn y desde niño destacó por sus habilidades intelectuales y artísticas, que le llevaron a la creación de un universo complejo y rompedor. La fama de Basquiat fue creciendo rápidamente a medida que realizaba exposiciones en EE.UU. y Europa y en poco tiempo se convirtió en un prolífico creador y en un personaje mediático de la escena cultural.

Nuevos caminos

Contaba con la admiración y amistad de artistas como Andy Warhol, con quien colaboró en numerosas ocasiones, abrió nuevos caminos en el arte contemporáneo. Su innovadora perspectiva, que sigue inspirando a artistas de nuestros días, plantea cuestiones que aún hoy son relevantes.

En una misma obra hacía referencia a numerosas ideas a través de símbolos, imágenes o textos, y trasladaba el contexto en el que vivía al lienzo sin narrativas definidas, anticipando la era de internet e invitando al espectador a reflexionar, de manera crítica, sobre el mundo que le rodea.

Descritas por el propio artista como “el trampolín hacia las verdades más profundas del individuo”, sus vitalistas y emotivas pinturas remitían al arte de la calle pues partía del grafiti conceptual y empleaba a modo de lienzos materiales reciclados como puertas abandonadas o embalajes.

Con esta retrospectiva se completa el programa expositivo del Guggenheim para 2015. Tras el cierre de la exposición dedicada a Basquiat comenzará a instalarse Obras maestras de la Colección del Museo Guggenheim Bilbao, que se inaugurará el 27 de noviembre.

De la calle a la celebridad

En 1976, Basquiat y su amigo Al Diaz comenzaron a pintar con espray en las paredes del bajo Manhattan bajo el seudónimo SAMO©, que aludía a la frase “SAMe Old shit” (“la misma mierda de siempre”). Sus trabajos manipulaban las palabras con ingenio, con la intención de provocar a quienes los veían. La fama de Basquiat fue creciendo rápidamente; formó una banda de rock, apareció en el film indie de Edo Bertoglio Downtown 81 y entabló amistad con Andy Warhol. Su primera exposición en solitario, que se celebró en 1982, cuando solo tenía 21 años, se vendió al completo.

Fruto de su repentina popularidad comenzó a relacionarse y compartir ideas con celebridades como David Bowie o Madonna, con quien salió durante un breve espacio de tiempo. También apareció en algunos vídeos musicales y protagonizó la portada de la revista del New York Times. 27 años después de su muerte, su influencia perdura.

El enfoque artístico de Basquiat, innovador y provocador, aportó a la escena neoyorquina de los años ochenta un lenguaje visual radical que abordaba temas como el racismo, la lucha de clases, la hipocresía social y la historia negra. Se inspiraba tanto en el arte elevado, como el Expresionismo Abstracto y el Arte Conceptual, como en el hip hop, el jazz, el deporte, los cómics y el grafiti, empleando motivos recurrentes para explorar los temas fundamentales en su arte y en su vida.