La obra ha sido seleccionada por el Museu por su calidad artística y por situarse entre las obras realizadas por Picasso en Barcelona. Mujer con mantón azul es un óleo fechado entre enero y octubre de 1902, y forma parte del conjunto de obras que confirman el cambio estilístico iniciado unos meses antes en París.

Esta obra estuvo siempre en la colección personal del artista y cuando la Kunsthaus de Zúrich organizó la primera exposición de Picasso en un museo, en 1932, el artista la seleccionó para que formara parte de la muestra, donde también estuvieron expuestas La vida y Terrats de Barcelona, esta última actualmente en la colección del Museu.

Mujer con mantón azul ha llegado a Barcelona como parte del acuerdo de intercambio suscrito con el Aichi Prefectural Museum of Art, conocido por su importante colección de obras de artistas del siglo XX –entre ellos Picasso–, y por la exposición de las colecciones privadas donadas por el coleccionista Teizo Kimura y por el artista y también coleccionista Tatsukichi Fujii.

A cambio de la cesión temporal de esta obra por parte del museo japonés, el Museu Picasso participa con los dibujos ‘Un sabio’, 1899-1900; ‘Pere Romeu caricaturizado de boer y otros croquis (menú de Quatre Gats)’, 1899-1900; así como ‘Sebastia Junyent Sans’, c. 1903; ‘Autorretrato, 1896 i Jaume Sabartés con quevedos’, 1901, en la exposición Picasso: Secrets of a Genius que tendrá lugar en el museo nipón del 3 de enero al 21 marzo 2016

Sobre Mujer con mantón azul

Pablo Picasso. Mujer con mantón azul. Barcelona, 1902. Óleo sobre tela. 60.3 x 52.4 cm. ID: F0198700001000. Aichi. Prefectural Museum of Art, Japón. © Sucesión Pablo Picasso, VEGAP, Madrid. 2015

Pablo Picasso. Mujer con mantón azul. Barcelona, 1902. Óleo sobre tela. 60.3 x 52.4 cm. ID: F0198700001000. Aichi. Prefectural Museum of Art, Japón. © Sucesión Pablo Picasso, VEGAP, Madrid. 2015

A finales de 1901, Picasso había emprendido un cambio en su paleta abandonando la policromía exuberante de la primera mitad del año para inclinarse hacia la preponderancia casi monocroma del azul. También se produjo un paulatino cambio iconográfico, cuando las mujeres de la noche y las bebedoras de absenta derivaron en mujeres aturdidas y encogidas, o en maternidades abrumadas. Así, las mujeres de la prisión de Saint-Lazàre, aisladas o en grupo, tocadas con un gorro frigio o mantones envolventes, se convirtieron en las protagonistas de sus nuevas composiciones, caracterizadas por el hieratismo y por la ausencia de referencias anecdóticas en los fondos. En muy pocas ocasiones son realmente retratos, sino más bien prototipos de mujer desfavorecida o marginada de la sociedad. Este cambio de estilo supuso el distanciamiento con su marchante Pere Mañach y motivó el regreso a Cataluña, donde según Richardson, empezó verdaderamente la época azul.

Al llegar a Barcelona, Picasso se instaló junto con Ángel Fernández de Soto en un estudio en el carrer Nou de la Rambla. Siguiendo la estela iniciada en París, se inspiró en los personajes que pueblan el vecino barrio chino y sus principales leit-motiv fueron las mujeres con pañuelo o chal, mujeres de pie, encorvadas, o mujeres de espaldas.

Si bien el repertorio de temas demuestra una continuidad sistemática, hay en las obras de este periodo barcelonés un sutil cambio estilístico: las pinturas reflejan la inspiración del arte español, especialmente de la iconografía religiosa, como las maternidades y los mendigos-filósofos que habían sido la base de la pintura medieval y de los siglos XVII y XVIII. También estas obras muestran una semejanza formal con los cuadros de gitanas que Isidre Nonell estaba haciendo en ese mismo período. Los fondos se hacen más fluidos y dibujados y el color de un azul más intenso, debido a la diferente luminosidad entre las dos ciudades.

Mujer con mantón azul pertenece al primer subgrupo de obras, el que presenta personajes con pañuelo o chal, realizados según diversos autores durante los primeros meses de 1902. El rostro, cerrado y trágico recuerda el primitivismo de las vírgenes góticas y la espalda curvada refuerza la impresión de agobio y profunda tristeza.