En su primera sede en la Biblioteca Nacional de España, la muestra contó con cerca de trescientas obras entre libros, manuscritos, fotografías, carteles, maquetas y documentos muchos de ellos inéditos. A partir de ésta, AC/E ha realizado una versión gráfica que está itinerando por otras ciudades de España.

Europeizar España

El punto de partida de la Generación del 14 coloquialmente se sitúa en la conferencia Vieja y nueva política, que José Ortega y Gasset dictó en el Teatro de la Comedia de Madrid el 23 de marzo de 1914. Aquella en la que del filósofo abogó por la «europeización de España» pues, siguiendo a Ortega, Europa significaba ciencia, razón, universidad, cultura, investigación y, en definitiva, modernidad.

Para la Generación del 14, recuerda Antonio López Vega, uno de los comisarios de la muestra, la solución al «problema de España» se vinculaba a la creación de una nueva España, vital, «definida por un liberalismo de nuevo cuño, una nacionalización del país (en el sentido de superación de los particularismos) y que, científicamente, estuviera al nivel de los países europeos más vanguardistas, contribuyendo activamente al desarrollo de la cultura moderna».

Ilustres y variados

Bajo el paraguas Generación del 14, la realidad histórica integra a personalidades relevantes de campos de la ciencia, el pensamiento, el arte y la literatura muy distintas y de muy diferentes opciones.

Entre ellos figuran, además de Ortega, que pasa por ser el indiscutido líder del grupo, los filósofos Eugenio d´Ors y García Lorente; los médicos Gregorio Marañón, Rodríguez Lafora, Teófilo Hernando y Juan Negrín; los matemáticos Julio Rey Pastor y Esteban Terradas; el físico Blas Cabrera; el químico Enrique Moles; los historiadores Ramón Menéndez Pidal, Américo Castro y Claudio Sánchez Albornoz; los escritores Pérez de Ayala, Gómez de la Serna, José María de Cossío, Salvador de Madariaga y Juán Ramón Jiménez, que justo en 1914 publicaría Platero y yo; el pedagogo Lorenzo Luzuriaga, que acuñaría el término Generación del 14 en un artículo de la revista Realidad; los músicos Manuel de Falla y Ernesto y Rodolfo Halffter; el pintor Sert; los escultores Sebastián Miranda y Victorio Macho; los toreros Juan Belmonte y Joselito, y los políticos Azaña, Besteiro y Fernando de los Ríos.

La exposición Generación del 14. Ciencia y modernidad se divide en seis apartados.

Europa en 1914

La incorporación española a la modernidad se inicia con la autocrítica que lleva a cabo la generación del 98 y la literatura regeneracionista inscritas, en lo intelectual y en lo cultural, dentro de la más amplia, más profunda y de más largo alcance, crisis del fin de siglo que afecta a toda Europa. Junto a algunas obras representativas de la Europa septentrional que ejercieron una gran influencia sobre los intelectuales españoles (Schopenhauer, Nietzsche, Rilke, Mahler, Munch), el Mediterráneo y su luz inspiraron una estética que simbolizaba el nuevo ambiente cultural que irradió el escenario meridional europeo. La Barcelona modernista, París “ciudad de los banquetes” (Apollinaire, Picasso, Satie, Modigliani) y Roma, que vibraba con la energía futurista (Marinetti), acrisolaban buena parte de las nuevas ideas y tendencias que entonces comenzaron a inundar Europa y sus vanguardias.

Una generación para la historia

La generación del 14 se asomó por vez primera a la escena pública española con ocasión del proceso de Montjüic. Su acta de nacimiento suele situarse en los meses que transcurrieron entre el homenaje que se rindió a Azorín en Aranjuez el 29 de octubre de 1913 y la conformación y presentación de la Liga de Educación Política en su primer y único acto con motivo de la resonante conferencia Vieja y nueva política que José Ortega y Gasset dictó en el Teatro de la Comedia de Madrid el 28 de marzo de 1914. José Ortega y Gasset (1883-1955) ejerció un liderazgo abrumador sobre la España de su tiempo desde muy joven. En 1914, además de fijar el ideario de su propia generación en Vieja y nueva política, publicó Meditaciones del Quijote, fundamental para toda su filosofía raciovitalista. Al mismo tiempo, Juan Ramón Jiménez publicaba Platero y yo, cumbre poética y estética en español.

Ciencia como preocupación nacional

Ciencia fue la palabra clave para la generación del 14, que impulsó la europeización de España y en la que el ámbito científico tuvo un papel fundamental en la vida social, cultural y política del país. Esta es la primera generación en la historia de España que no está compuesta por hombres vinculados, únicamente, al mundo de las letras. Fruto del enorme prestigio que alcanzaron entonces los médicos como consecuencia de los avances a los que se estaba asistiendo en la ciencia médica, la medicina funcionó como resorte para poner en marcha este despertar científico español. Las investigaciones de Santiago Ramón y Cajal y la vocación asistencial de Gregorio Marañón significaron el cambio al que se iba a asistir en aquellas primeras décadas del siglo XX.

Plenitud de una generación: obras y trayectorias

Los logros de los hombres y mujeres del 14 se manifiestan en todo su esplendor en las empresas científicas y culturales que pusieron en marcha la plena integración cultural de España en Europa. Las transformaciones sociales, políticas y culturales que maduran en las dos primeras décadas del siglo XX, cristalizaron hacia 1914 y, tras la I Guerra Mundial, eclosionaron asistiéndose, en los años veinte, al momento de madurez creadora y de mayor influencia político-social que alcanzan los miembros de este grupo generacional. Todo ello en un momento en que la historia occidental se dispone a dar otro brusco viraje. La crisis económica del 29, la emergencia del nazismo en Alemania y, en general, la política de masas que se hace notar por toda Europa marca el fin de la ambigüedad que había caracterizado la década de los 20.

Realidad plural de una generación

En diferentes lugares de España aparecieron, simultáneamente, movimientos culturales singulares. Por ejempolo, en Cataluña, la publicación de Els fruits sabrosos (1906) del poeta Josep Carner (1884-1970) y la aparición en La Veu de Catalunya del “Glosari” –glosas de enorme ingenio publicadas prácticamente a diario entre 1906 y 1920– de Eugeni D’Ors (1882-1954), marcaron la aparición del noucentisme. En el País Vasco se asistió a la hegemonía de la cultura vasco-española que se vio reflejada en la magnífica revista Hermes que se publicó entre 1917 y 1922. O en Galicia donde en torno a 1916 se asistió a un verdadero despertar de la cultura gallega con la creación del movimiento de las Irmandades de Fala (1916), la publicación de Teoria do nacionalismo galego (1920) de Vicente Risco (1888-1976) y la creación del Seminario de Estudios Gallegos en 1923.

La generación del 14 y América

Esta sección quiere destacar la importancia que, para los integrantes de la Generación del 14, tuvo América. Partiendo de los viajes que muchos de ellos hicieron al continente americano cabría centrarse en el influjo y relaciones que establecieron con los intelectuales americanos. En este sentido, la segunda vanguardia, la posterior a la Gran Guerra, despertó un gran interés en los creadores hispano-americanos más atentos a la novedad del siglo XX. A través de ellos se creó una corriente de intercambio de formas e ideas llamada a marcar el desarrollo de los centros de creación artística y literaria en la América hispana. Las aportaciones de Ortega en el orden teórico (La deshumanización del arte) o divulgativo (Revista de Occidente), así como la ejemplaridad creativa de autores como Juan Ramón Jiménez o Ramón Gómez de la Serna fueron decisivas en la creación de dicho puente cultural.

Entrevista a Antonio López Vega

“La del 14 es la primera generación que incorpora a la mujer a los circuitos culturales e intelectuales”

antonio-lopez-vega¿Qué diferencia a la Generación del 14 de la del 98 o la del 27?

Los del 98 son básicamente literatos influidos por corrientes filosóficas irracionalistas, y los del 27 son, fundamentalmente, estetas. Los del 14 son científicos en el amplio sentido de la palabra. Hubo físicos como Blas Cabrera, químicos como Moles, ingenieros como Torres Quevedo, un genio precursor de muchas de las innovaciones técnicas del siglo XX, médicos como Marañón o Lafora, políticos como Negrín, entomólogos como Ignacio Bolívar, historiadores como Américo Castro o Sánchez Albornoz, filósofos como Eugenio D’Ors u Ortega. Es una generación que utiliza la palabra ciencia en el sentido más amplio del término.

Esta generación se caracteriza por la importancia que tuvieron en ella las mujeres. ¿Es así?

Exacto. Es la primera generación que incorpora a la mujer a los circuitos intelectuales y culturales. Eso se plasma muy claramente en el foco femenino de cultura establecido en la Residencia de Señoritas, dirigida por María de Maeztu, y las dificultades que pasaron María de Lejarraga, Clara Campoamor, Margarita Nelken, Victoria Kent… que luego tendrían responsabilidades políticas en la Segunda República.

Si tuviera que elegir una de las piezas expuestas, ¿cuál sería?

Destacaría en primer lugar los inventos de Torres Quevedo, y me quedaría con la parte educativo-política, que entiende la política en el sentido de modernización y alcance educativo y político para el país. Y lo digo en el siguiente sentido: en el fondo, buena parte de esta generación constituye lo que llamamos los socioliberales, aquellos que entienden que los poderes públicos deben implicarse, fundamentalmente, en educación y sanidad, y por tanto están en el origen de lo que luego se denominaría como el Estado del bienestar. Serían la variable española de Keynes en Gran Bretaña.