Juan Luis García Díez desarrolla su actividad profesional en el campo de la música y de ahí que suela hacer fotos de los conciertos que organiza o a los que asiste con regularidad. También en otros momentos en soledad perfectos para captar el instante. Para él los instrumentos musicales tienen un especial atractivo. «Son objetos que encierran el secreto del sonido, sujetan cuerdas, ocultan columnas de aire, muestran cómo se organizan las escalas o las sonoridades», explica. Además, la música es una de las artes escénicas y «hacer fotos de un escenario donde se está haciendo música da muchas posibilidades: retratar las relaciones entre los músicos, la coordinación de los movimientos, la relación con el instrumento, la expresividad de los rostros y de las actitudes…».

El reto de hacer algo así recae en la diferencia entre los dos medios protagonistas, la música y la fotografía. «La primera es un arte en el tiempo, y la segunda escoge un momento más o menos preciso de ese tiempo en el que ocurren las cosas en la música», continúa. «De ahí que haya que esperar a las respiraciones, buscar los acentos o los momentos antes de comenzar una melodía o atacar un acompañamiento. Quizás también el silencio en el que quien toca escucha a otro, o sencillamente busca en ese silencio el momento adecuado para comenzar a tocar».

La partitura como obra gráfica

Mediante sus fotos, García Díez descubre al espectador la partitura como algo más elevado, como una forma de arte en sí misma. Sin duda cree que la partitura va mucho más allá de dar una información gráfica directa sobre lo que ha de sonar: la densidad de las texturas, el lirismo de las melodías, el motor de los ritmos repetidos. «Quien lee una partitura no sólo está extrayendo una información técnica sobre alturas, duraciones, intensidades, dinámicas, ya que hay otras informaciones que inferidas de lo que está escrito tienen que ver con el fraseo, la intención… Y en algunas grafías de música contemporánea, donde se recurre a escrituras no convencionales, la partitura pasa a ser casi más una obra gráfica que una estrictamente musical», relata.

Confiesa que no vive obsesionado ni dentro del campo de la música ni dentro de la fotografía, aunque sí considera que hay ocasiones en las que tienes que seguir buscando algo que crees puedes encontrar, y has de buscar el camino para llegar a conseguirlo. «Lo que es curioso es la ‘inspiración cruzada’ que puede llegar a haber entre los dos lenguajes. Problemas a resolver en la música que los explicas recurriendo a imágenes visuales, y lo mismo en la fotografía: imágenes que descubres que puedes componerlas igual que algunas músicas. En realidad, muchas palabras claves en ambos lenguajes son coincidentes, o pueden serlo: texturas, colores, luces y sombras, tensiones, composiciones, equilibrios, simetrías o ritmos».

Algunas de las instantáneas que componen la exposición están hechas con el móvil para Instagram y con algunas participó en 2013 en Wallpeople León, dedicado ese año a la música. Para Juan Luis García, sin duda, la facilidad y la difusión de los medios digitales han hecho una importante labor al extender el uso de la fotografía como medio de comunicación. Sin embargo, para él lo lo fundamental, en este y en otros muchos ámbitos, estará siempre «al otro lado de la cámara», por «la intención, la sensibilidad y la pericia de quién hace la foto (elegir el momento, la luz, la composición, el motivo destacado)». Por otro lado, en el caso de las fotos de Instagram que forman parte de la exposición, «otro reto interesante es (era) el formato cuadrado, que te obliga a modificar las pautas de composición de las imágenes», finaliza.

Trayectoria

En el ámbito de la fotografía, Juan Luis García Díez ha sido galardonado con el primer premio en el V Concurso de Fotografía de Arquitectura Contemporánea del Colegio Oficial de Arquitectos de Huelva (2003), y en la XIX Muestra ‘Llanes, puerta turística de Asturias’ (2006). Fue además finalista en el 21 Concurso ‘Caminos de Hierro’ 2007.

Ha participado en varias exposiciones colectivas: El paisaje en el coleccionismo leonés (León, 2007), We are all photographers now (Lausanne, 2007), Exposición itinerante 21º Concurso “Caminos de Hierro” (España, 2007-08), La herencia del Reino de León a través de la Arquitectura – Interpretaciones”(Junio-Septiembre 2010), Punto de encuentro, de la Asociación Focus (Museo Vela Zanetti, 2011), Tras los pasos (Hotel Quindós, 2012), Wallpeople León 2012 y 2013, Exposición Colectiva Arte Abierto-Cultura Libre del IV Festival K-Maleón 2013. Participa en el programa Nombrando el porvenir (Encrucijada de Poetas) en el MUSAC (2014 y 2015).

Ha realizado trabajos fotográficos para editoriales, portadas de libros, producciones discográficas, artes escénicas, y presentaciones de libros y lecturas poéticas, y para multitud de actividades musicales vinculadas a Juventudes Musicales de España, la Universidad de León y al Conservatorio de León. Ha colaborado en varios números del fancine Meando Contra Viento, editado por el fotógrafo Santos Perandones. Colaboró como fotógrafo en la elaboración del catálogo de la exposición Útiles-Inútiles de Juan Carlos Uriarte. Este año 2105 participó junto a otros cuatro fotógrafos en la colección de postales publicadas por la Editorial Eolas.

Ha realizado varias exposiciones individuales: Ecos de sombras (León, 2003-04), Fotografía en Blanco y Tint@ (León, 2007), fotografí@típica (León, 2007), Exposición Itinerante en diversos centros de la Universidad de León y los Conservatorios de León y Astorga (León 2007-08), Memorias d´un francmirador (Ciutadella de Menorca 2007), Nunc est bibendum, nunc pede libero pulsanda telus (León, 2007-08), Sospechosos inhabituales – Galería de Retratos Contemporáneos (León 2008-09 y 2011), Pequeño Tratado de Urbanismo (León 2009), Ficciones y Realidades y Pareidolias (León, 2012), El Verano Vino En Bici (León, 2013), Almazuelas (León, 2010, 2011, 2013 y 2014 en la Fundación Carriegos), y Luz de Jazz (Espacio Vías 2015).