“A Dylan, desde los mismos años sesenta, no se le consideraba en los círculos musicales como un buen intérprete”, cuenta Albarrán. “Como decía Joaquín Sabina, Dylan era un desastre cantando, tocando la guitarra, el piano y la armónica; y era el mejor. Eran sus canciones, las influencias que asimilaba y reconducía hacia su propia experiencia personal”.

Albarrán homenajea a Dylan y otras viejas glorias que callejearon por el Folk Revival neoyorquino de los sesenta, coetáneo y heredero del movimiento beat, armado de su guitarra y armónica, con la colaboración de J.F. Mejías Peligro al ukelele.

Por su repertorio se dan cita clásicos de Dylan como Like a rolling stone, The times they are a-changin’, Blowin’ in the wind, Don’t think twice, it’s all right o Girl from the North Country, pero también verdaderas joyas no tan conocidas a nivel comercial como Only a pawn in their game o Boots of Spanish leather.

Cofundador del grupo escénico-poético Vratia Varusho, en activo entre 2011 y 2012 con dos obras, el onubense ha publicado recientemente algunos de sus poemas en la antología Luz nueva del suroeste (en la que también participa Mejías).

Jesús Albarrán continúa una gira que lo ha llevado por locales de Sevilla, León y Cáceres, donde ha encontrado “un sustrato de legionarios de Dylan y del folk muy fieles”.

Con influencias diversas que incluyen a Woody Guthrie, Joni Mitchell, Glen Hansard, Matt Corby, Wilco, Radiohead o The Tallest Man on Earth, Albarrán rinde tributo a grandes figuras del folk mientras se sienta a componer. “Tengo muchas canciones-poemas propias en la ratonera y creo que ya es hora de untar un poco de queso y cazarlas”.