Unos versos de José Miguel Ullán, dedicados a Cárdenas, dan origen al título de la exposición de esta artista singular: “Abre los ojos / Y ve que el dulce sueño está pintado / Ardiendo en aguas muertas llamas vivas”. Unos versos no lejanos de otros de un haiku que le dedicara Eduardo Chillida años antes, con motivo de su primera exposición individual en San Sebastián, su ciudad, en 1970: “Lo que sólo se mira / marta / desde dentro parada hacia delante / ve pinta”.

Marta Cárdenas. Percha, 1979. Museo de Arte e Historia de Durango.

Marta Cárdenas. Percha, 1979. Museo de Arte e Historia de Durango.

La exposición, comisariada por Alfonso de la Torre, propone el acercamiento a la obra de Cárdenas a través de dos grandes capítulos: Dentro y Fuera. En el primer ámbito, bajo el subtítulo de La habitación oscura, evocando al Cesare Pavese de “eres la habitación oscura / en la que se vuelve a pensar siempre” [La tierra y la muerte (1945-1946)], exhibe sus obras, principalmente las realizadas a partir de mediados los sesenta, en las que la artista observaba el mundo desde el interior.

En Fuera pueden seguirse algunas de sus aventuras al aire libre, en paisajes (bosques, nieblas, abedules, aguas y lluvias), muchos de ellos en el País Vasco; series como las relativas a Ropa tendida o el capítulo que cierra la exposición: Telas / África / Evocaciones, que ha ocupado prácticamente los últimos veinte años de su trabajo.

La muestra se completa con una amplia selección de dibujos y cuadernos, que se muestran tanto físicamente como digitalizados, imprescindibles para conocer la manera de trabajar de Cárdenas. También se incluye una entrevista de Paloma Chamorro para La edad de oro (TVE, 31/X/1984) que incluye música de Luis de Pablo.

Esta exposición se enmarca dentro de Conversaciones de San Sebastián 2016 Capital Europea de la Cultura. Bajo el mismo título de la exposición se edita un catálogo de 274 páginas en euskera y español (más separata en francés e inglés).

Sobre Marta Cárdenas

Marta Cárdenas nació en San Sebastián en 1944. Tras comenzar a pintar paisajes de modo autodidacta, principalmente en acuarela, entre 1958 y 1961 recibe clases de dibujo en la Asociación Artística de Guipúzcoa. Estudia luego en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, donde obtendrá su título en 1968. Esos años, en los que entra en contacto con la vanguardia abstracta, -en especial los pintores del grupo de Cuenca y los vinculados a la recién creada Galería Juana Mordó (1964)- son fundamentales para su crecimiento como creadora, a lo que se unirán sus estadías en Paris, en especial la que realiza, becada por el Gobierno francés, en 1969.

Tras sus obras de los años 60 y 70, caracterizadas por sus autorretratos e interiores en tonos grises, la obra de Cárdenas parece llegada a un mundo multicolor. Hay una fecha, 1979, que tradicionalmente la pintora considera como el paso al exterior. Su pintura, a mediados los 90, abandonó el trazo rápido y gestual que le caracterizó, desde la sorpresa de un viaje a India realizado en 1996: «Me impresionó mucho lo que vi en ese país. Está lleno de color por todas partes. Me di cuenta de que todo lo que creía saber sobre el color era una birria comparado con lo que hacen ellos».

Marta Cárdenas. Goi-Herri, 1982. Fundación Juan March.

Marta Cárdenas. Goi-Herri, 1982. Fundación Juan March.