Intérprete de gran personalidad, Fleming posee una depurada línea de canto que, junto a su técnica y la selección de los papeles sobre los que ha construido su carrera, la ha convertido en uno de los iconos para los amantes de la ópera de las últimas décadas y en el ídolo de los escenarios estadounidenses. Sus recreaciones de Alcina y Rodelinda, la condesa de Almaviva y Donna Anna, Thäis y Manon Arabella y la Mariscala, o su querida Rusalka, recogidas en sus numerosas grabaciones audiovisuales, son ya un referente en la historia de la ópera.

Fleming ha mostrado siempre una natural inquietud por transmitir y acercar las emociones de la música clásica a otros auditorios. Así, ha participado en la grabación de bandas sonoras para el cine, ha colaborado con bandas de jazz, ha realizado trabajos junto a cantantes como Elton John o Sting y su participación en la entrega de los premios Nobel, unido a su belleza y su carisma la han convertido en una de las cantantes de ópera más queridas.

Amplio público

El recital que la soprano ofrecerá en el Real incluye obras de un variado número de compositores en un programa capaz de emocionar a un amplio público. Arias de ópera de algunos de sus personajes más célebres, lieder y canciones italianas harán un recorrido por la trayectoria profesional de Renée Fleming quien, tras 25 años de carrera, ha anunciado que reducirá su presencia como protagonista en las representaciones de ópera.

Abrirá la noche la condesa de Almaviva, con el aria de Le nozze di Figaro de Mozart, “Porgi, amor”, para dar paso a “Bel piazere”, de Agrippina de Händel y completar la primera parte del programa con el ciclo de canciones Frauenliebe und-leben (Amor y vida de mujer) de Robert Schumann sobre poemas de Adelbert von Chamisso.

El concierto se centra en su segunda parte en autores del siglo XIX: Donaudy, Boito, Leoncavallo, Tosti, Oscar Straus, Saint-Saëns y, de forma especial, Massenet, cuyas Thäis y Manon tanto han dado a Renée Fleming.

Un amplio abanico de emociones amorosas emanadas de personajes femeninos, “mujeres virtuosas y mujeres fatales de la ópera (..) que ilustra varias épocas del teatro musical, pero cuyo corazón emocional es la música del siglo XIX”, como señala Elisa Rapado en las notas al programa del Real.