«La forma en la que hago hablar estos trabajos y en este Museo es diferente a cualquier otro lugar donde he expuesto antes, y estoy satisfecho con la voz que he logrado», afirma Fontcuberta. Con esta exposición, el único fotógrafo español que ha ganado el Premio de la Fundación Hasselblad quiere «fomentar el espíritu crítico del visitante, ya que un entorno universitario es donde se cuestiona más la verdad que representa una imagen».

El artista reflexiona sobre la veracidad incuestionable que se atribuye a la fotografía no sólo en la vida cotidiana o en el arte, sino desde ámbitos como la ciencia, la historia o el periodismo. «Tiendo trampas al espectador y camuflo determinados contenidos como si fueran verídicos para que aprenda a descubrir estos artificios que subyacen», explica. Estos mecanismos de camuflaje constituyen uno de los temas centrales y recurrentes en su obra, y dan título a esta muestra.

Humor como bandera

Sus fotografías están llenas de referencias y de elementos paródicos o humorísticos, que plantean una reflexión sobre los mecanismos de comprensión de la imagen en la sociedad actual. «Vengo del mundo de la publicidad y sé que el humor es una forma de conectar con el visitante y ganarme su atención y confianza. Hago del humor una bandera. Es una marca de mi trabajo».

La muestra de Fontcuberta ocupa el 80% del espacio expositivo del Museo –casi la totalidad de sus 3.000 m2– con más de 200 obras distribuidas por las seis salas de la planta -1, una de las salas de la planta 0, el vestíbulo del edificio y diversos corredores expositivos. El proyecto de Rafael Moneo toma así relevancia y demuestra su versatilidad y capacidad para realzar el arte. “Mi obra dialoga con la arquitectura de Moneo. Siento que él me habla a través de las paredes del Museo y tengo una gran empatía con este lugar”, destaca el artista.

Las siete series

Orogénesis (2002). La referencia fundamental en esta serie es la tradición romántica del paisaje que va desde la pintura de Caspar David Friedrich hasta la fotografía de Ansel Adams. Frente a la experiencia de lo sublime, que se encuentra en la naturaleza virgen, Fontcuberta recurre directamente al artificio gracias a un programa informático que genera paisajes ficticios que responden a los tópicos de la estética romántica. Una de las series, Gibraltar, es el trabajo que realizó Fontcuberta para el programa de producción artística Tender Puentes del Museo Universidad de Navarra, en 2002, y se presenta por primera vez en su conjunto. Su punto de partida es un álbum, conservado en el propio Museo, realizado por el Servicio Geográfico del Ejército hacia 1868 y compuesto de unas sesenta imágenes.

Herbarium (1984). El proyecto más antiguo de la exposición presenta una serie de plantas singulares, fotografiadas en primeros planos sobre un fondo neutro siguiendo el modelo de los repertorios científicos de comienzos de siglo, y en especial el de Karl Blossfeldt. Sobre este mismo, Fontcuberta desarrolla un herbario paródico, lleno de plantas que homenajean a las de Blossfeldt. A este proyecto se suma como novedad la colección de ejemplares vegetales que provienen del herbario de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Navarra.

Fauna (1987). Realizada en colaboración con Pere Formiguera -artista que también ha participado en el programa curatorial del Museo Tender Puentes-, cuenta la historia del profesor Peter Ameinsenhaufen, un científico que a comienzos del siglo XX emprendió un trabajo de búsqueda de híbridos y mutaciones genéticas. El resultado es un amplio repertorio zoológico, del que aquí se presentan documentos, fotografías y animales disecados, que dan idea de los descubrimientos de Ameisenhaufen.

Sputnik (1997). Nuevo montaje de la serie que presenta la historia de Iván Istochnikov, un astronauta soviético desaparecido después del descalabro de su misión en 1968. Aunque fue un personaje célebre en su momento, la URSS no quiso reconocer el fracaso y borró a Istochnikov de los archivos, relegándolo al olvido. Sólo la aparición de documentos privados tras la caída del Muro ha permitido reconstruir la historia de este personaje, a través de fotografías, cartas y objetos, que muestran el heroísmo y la importancia pública que los astronautas soviéticos desempeñaron en los años de la Guerra Fría.

Constelaciones (1993). El contexto de la exploración celeste y la ambigüedad de las imágenes de Sputnik tiene una continuación paródica en este proyecto que muestra una serie de vistas de constelaciones, cuyos datos se indican en los títulos, que proporcionan información exacta sobre el lugar y el momento en que las imágenes fueron tomadas.

El artista y la fotografía (1995). La serie presenta un diálogo inédito con la Colección de María Josefa Huarte, que cuenta con un Picasso, y algunas de las obras de los grandes maestros del arte del último siglo para mostrar su relación con el medio fotográfico. Así se presentan fotografías directas, fotogramas, fotocollages y otras obras que muestran cómo la fotografía ha servido como estímulo creativo para muchos de los grandes creadores del siglo XX. Dalí, Miró, Picasso y Tàpies son algunos de los artistas que se muestran en esta serie.

Camouflages (2009). Seis variaciones sobre El caballero en la mano en el pecho. En cada una de ellas, una parte de la obra de El Greco se sustituye discretamente por un miembro del cuerpo del propio Joan Fontcuberta, que aparece así camuflado en el interior del retrato clásico. Su tema, se podría decir, es la identidad cambiante del artista, cuya actividad se divide en los diversos quehaceres de los que hablan los proyectos anteriores. Una fragmentación que se traduce también en la presentación de esta serie, no como conjunto coherente en una sala específica, sino dispersa en distintos lugares del museo, que en principio no le corresponderían.

Algunas de las piezas expuestas en esta muestra han sido prestadas por el Museo de Ciencias de la Universidad de Navarra, el Planetario de Pamplona, la Fundación Obra Social “la Caixa” y el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA).

Joan Fontcuberta. Serie Sputnik. ©Manuel Castells.

Joan Fontcuberta. Serie Sputnik. ©Manuel Castells.