En esta muestra, Berjano hace gala de su apócrifa y particular figuración, una que se nutre de las ideas sincréticas y simbólicas que ha ido tejiendo durante los últimos años, recorriendo un magma pictoricista que nos acerca a la cosmología antropológica afrocubana, la síntesis pública del grafiti como registro del tiempo, la decadencia de la sociedad de consumo o el imaginario de los ídolos caídos.

A modo de bitácora personal, el artista ahonda y explora en su propia idiosincrasia y en su agenda de intereses (música, filosofía e historia del arte) partiendo de las direcciones cosechadas en su anterior proyecto en solitario, titulado New gods, new retables (2009), como revisión de los hechos y fractura metodológica, casi a modo de autohomenaje.

En ese sentido, la exposición cuenta con una diversificación disciplinar objetual que brinda un tributo a la pintura, la escultura y la cerámica. Los trabajos realizados con barro y esmaltes tienen un amplio protagonismo discursivo y, junto al resto de apariciones fetichistas e idólatras, debaten de una manera muy precisa las ambivalencias de nuestro estilo de vida actual, siempre desde la cultura de los objetos, el artefacto, la sátira e ironía, la representación, los signos y los iconos.

Berjano es un artista que siempre ha abierto nuevas dicciones sobre las experiencias iniciáticas que le mantuvieron en contacto, desde las posibilidades plásticas y objetuales, con la cultura ancestral afrocubana y con la atmósfera social que observó en su progresivo acercamiento al sincretismo religioso y a la idiosincrasia caribeña.