La muestra descubre el particular mundo de la granadina, donde contrapone lo popular y lo culto gracias a un encuentro inesperado. Como anteriores participantes en Conexiones, la artista tenía que buscar en los fondos de la Colección Banco Santander. Allí se fijó en una pareja de jarrones ornamentales de Alcora del siglo XVIII. Dos copas que enlazan con la segunda obra, en este caso de la Colección ABC, un dibujo firmado por a. t. c., siglas tras las que se escondía Ángeles Torner Cervera, que fue portada de Blanco y Negro en noviembre de 1930.

La ilustración de Torner Cervera tiene como protagonistas al rey de copas y a sus tres homólogos acompañados en una composición estridente de caballos y sotas de distintos palos. Así, el punto de partida del proyecto de Vargas va de unos naipes, los de la baraja española, a otros, los del tarot de Marsella. Y el resultado reúne las nueve cartas de una tirada que una santera cubana echó a la artista, cuyas figuras son interpretadas por Vargas con su característico vocabulario y a gran tamaño.

En su interpretación de las cartas del tarot, los símbolos más repetidos son el As, el cáliz, pero sobre todo las copas, que Vargas relaciona con «el lenguaje de las emociones, de ahí que las vincule con el tórax», explica la artista, que continúa, «todas la imágenes conectan de alguna manera entre ellas, de forma que el espectador las relaciona con una baraja».

Lenguaje propio

Pintado sobre madera, el dibujo está presente en todas las fases de su obra y no es una herramienta secundaria. El proceso de trabajo se inicia en el ordenador con un dibujo digital, donde mezcla distintas imágenes que son transferidas minuciosamente al papel o a la tabla mediante líneas realizadas con grafito. El dibujo sigue apareciendo en cada capa de la obra pictórica hasta que ésta se ultima con los trazos troquelados característicos de la artista.

Tres de estos naipes gigantes se muestran sin terminar para permitir entrar en el recargado y detallista mundo de la autora. Estas cartas «serán terminadas por la artista al finalizar la exposición», afirma el comisario. La muestra se completa con un vídeo donde una cartomántica echa las cartas a Vargas (el inicio de todo este proyecto) e incluso los diagramas que ella debía realizar en sus estudios de Granada y Madrid para poder documentarse y organizar el proyecto expositivo y editorial al que se enfrentaba con este trabajo.

Vargas es una de las pocas creadoras de su generación que ha construido un lenguaje propio donde se encuentran elementos antagónicos: el barroco y el pop o el surrealismo y el simbolismo. En su universo particular y único conviven referencias a la cultura popular mexicana, la brujería africana o la tradición católica de su Andalucía natal.


Sobre Vargas

Marina Vargas estudió Bellas Artes en la Universidad de Granada y ha expuesto su obra en España y en ciudades como Nueva York, México, La Habana o Milán, entre otras. Además ha ganado premios como el Primer Premio INJUVE de Artes Visuales y el Premio Instituto Andaluz de la Juventud en 2008 y las becas Fundación Antonio Gala 2006 y Creación Iniciarte 2009.

Vargas es una artista multidisciplinar que profundiza en la búsqueda de la identidad y trabaja en los interrogantes que encuentra en el camino. Su última exposición, Ni animal ni tampoco ángel (CAC-Málaga, 2015), ha recibido numerosos elogios por parte de la crítica. Actualmente trabaja con la galería Javier López & Fer Francés de Madrid.