El punto de partida de este proyecto fue el redescubrimiento de este cuarto volumen que se encontraba en los fondos de la biblioteca del museo junto a los tres primeros. Un ejemplar de extraordinaria rareza, ya que solo se conservan 25 ejemplares en el mundo. El atractivo que supone el empleo de esta temprana técnica fotográfica, creada por Henry Fox Talbot y basada en el positivado al sol, de ahí el título de la exposición, es también la principal amenaza para la conservación de estos talbotipos, que en contacto con el aire van desvaneciéndose poco a poco, hasta el punto de que algunas imágenes se encuentran ya muy deterioradas.

La caducidad de las fotografías, frenada por una temperatura baja en su depósito -que explica la fría sensación térmica de la sala de exposición-, ha animado a desarrollar este proyecto de investigación en el que han intervenido numerosos patrocinadores y colaboradores, entre ellos el Centro de Estudios Europa Hispánica o el National Media Museum de Bradford. Los objetivos son claros: la conservación, el estudio y la difusión de lo que sigue siendo un hito tanto en la historiografía del arte español como en la historia de la fotografía.

Facsímil y catálogo

El primer resultado del proyecto es la edición, gracias al Museo del Prado y el Centro de Estudios Europa Hispánica, de un facsímil ideal sobre cómo sería, todo lo fielmente posible, el Talbotype Illustrations publicado por Stirling con las fotografías tomadas por Nicolaas Henneman, las cuales muestran obras de maestros españoles del siglo XVI y XVII, además de Goya como un caso contemporáneo aislado. La recuperación del aspecto original de los talbotipos ha sido posible gracias al empleo de tecnologías digitales que han permitido la reconstrucción de las imágenes más dañadas.

Además se ha publicado conjuntamente un exhaustivo catálogo razonado en el que se estudian diversas cuestiones en torno a este volumen del Annals of the Artists of Spain, como el proceso de su realización.

En cuanto a la traducción visual del proyecto, consiste en la exhibición por vez primera de todo el material relacionado con la creación de este tomo, desde las pruebas de taller que se realizaron para determinar el formato o el tono de las fotografías, a los modelos que se utilizaron para realizarlas, que en su mayoría son esculturas, dibujos, grabados o libros en los que se reproducían las obras de arte de artistas como Murillo, Cano o Velázquez, cuyos originales no podían exponerse a plena luz del sol durante el tiempo necesario que exigía la fijación de los talbotipos.

La exposición

Las diferentes secciones en que se organiza la sala se destinan precisamente a narrar la historia y el resultado de esta producción, desde los agentes activos que intervinieron en la creación del libro, hasta el trabajo del taller o la relación que se estableció entre originales, copias y fotografías. Destaca especialmente la reunión de siete de los 25 ejemplares de este cuarto tomo gracias a la colaboración de instituciones como el Museo del Romanticismo, la British Library de Londres o algunas colecciones particulares, lo que permite contemplar la grandiosidad y el extremo preciosismo de aquella empresa.

El Prado es consciente de que esta exposición, comisariada por José Manuel Matilla, jefe de Conservación de Dibujos y Estampas, y Hilary Macartney, de la Universidad de Glasgow, no constituye por su propia naturaleza un reclamo para un público masivo. Sin embargo, la consideran un ejercicio esencial dentro del conjunto de actividades y cometidos del museo. Una prueba de cómo éste se mantiene como centro de estudios e investigación y de la «musculatura intelectual del Museo del Prado», en palabras de Miguel Falomir, director adjunto de Conservación e Investigación.

Obra crucial

Annals of the Artists of Spain se concibió como un conjunto de cuatro volúmenes; los tres primeros, con texto de Stirling Maxwell, se editaron en 1848 y el cuarto fue un suplemento de ilustraciones, destinado a sus amigos y colaboradores, del que solo se editaron 50 ejemplares, y del que solo se conservan 25, todos ellos con diferentes niveles de degradación, con desvanecimientos perimetrales más o menos acusados en función de factores químicos y ambientales.

Con este libro, el arte español alcanzaba carta de naturaleza fuera de nuestras fronteras al reproducirse obras de artistas españoles de los siglos XVI y XVII, además de Goya. Reunía en total 68 reproducciones fotográficas realizadas por el fotógrafo Nicolaas Henneman bajo la supervisión de Stirling.