Una habitación propia. Foto: Diego Ruiz.

Una habitación propia. Foto: Diego Ruiz.

En 1928, tras una serie de conferencias en la Universidad Femenina de Cambridge sobre el oficio de la mujer novelista, Woolf llegó a la siguiente conclusión: para que una mujer pueda dedicarse a la literatura necesita independencia económica y una habitación propia donde escribir. Sus reflexiones quedaron plasmadas en Una habitación propia, ensayo en el que, tras la aprobación de la ley del sufragio femenino en Reino Unido, indaga en el papel que la mujer ha desempeñado en la historia y analiza el movimiento feminista del que formó parte a principios del siglo XX.

Sus inteligentes e irónicas palabras toman forma de monólogo, no exento de humor ni opiniones polémicas, gracias a la versión y dirección de María Ruiz y a la interpretación de Clara Sanchís. Por boca de la actriz, Woolf critica los prejuicios a los que debe enfrentarse como novelista, aborda las condiciones en las que han vivido las mujeres a lo largo de los siglos y cómo la discriminación y la pobreza han afectado a su creación artística.

¿Por qué apenas sabemos nada de las mujeres antes del siglo XVIII? ¿Por qué hasta mediados del XIX se le negó al género femenino la posesión de bienes materiales? ¿Por qué el poder, el dinero y la influencia siempre han sido cotos reservados a los hombres? Cuestiones que convierten a Una habitación propia en un mito del feminismo y que ni siquiera hoy, 90 años después, han perdido su relevancia.

Coloquio

Este lunes, 5 de diciembre, al finalizar la representación de Una habitación propia, las escritoras Elvira Lindo y Joana Bonet dialogarán en el escenario de El Ambigú sobre la situación de la mujer novelista en el siglo XXI. Será la primera de la serie de citas participativas de Femenino Plural, programa especial que organiza El Pavón Teatro Kamikaze de noviembre de 2016 a enero de 2017 y que está destinado a promover el intercambio de ideas sobre la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.