Los interesados en el arte político y social son conscientes de que muchas propuestas generadas bajo esta denominación pueden ser contradictorias. Ya sean generadoras de conflicto como estrategia de visualización mediática, por acercamientos meramente formales y vacuos o por simple desconocimiento pueden terminar teniendo efectos contrarios a sus planteamientos. De aquí la defensa del proceso, de la formación, de la gestión de la complejidad y de la coherencia creativa que permita la liberación de lo quirúrgico del proyecto y una autonomía en su relación con el mercado.

López-Aparicio es un artista, comisario y profesor cuya trayectoria tiene desde sus comienzos un marcado carácter político y social. Sus procesos transitan por la inestabilidad de la naturaleza y de la propia humanidad, en constante proceso de cambio, obligándonos a parar para reflexionar sobre la futilidad de lo que nos rodea y condiciona. Desde el arte como elemento de reflexión y compromiso social, ha sabido desarrollar un sólido reconocimiento, participando con asiduidad en ferias internacionales y realizando numerosas exposiciones individuales y colectivas en los cinco continentes.