Comisariada por el coleccionista Filip Spek, la exposición describe una época excepcional en la que gracias al deshielo iniciado tras la muerte de Stalin se produjo una verdadera expansión del diseño de objetos de uso cotidiano: muebles, objetos de cerámica, lámparas, telas o aparatos eléctricos y técnicos.

En el mobiliario de esta época se dio el paso clave de abandonar el diseño de conjuntos de muebles para estancias concretas, apostando por muebles individuales, escogidos por los usuarios según sus necesidades, en un camino hacia la modernización. En los años 60 los muebles polacos se convirtieron en producto de exportación, sobre todo a los mercados occidentales, aunque también a otros países del bloque comunista. Como curiosidad, en 1961 las fábricas polacas comenzaron a suministrar diseños a la red de tiendas suecas IKEA.

Dos escuelas

La exposición presenta también objetos que en la época cambiaron el aspecto de las casas polacas y checoslovacas, como juegos de café de porcelana, floreros, ceniceros, fuentes y platos decorativos y objetos de vidrio. Desde la perspectiva del tiempo, algunos de los objetos expuestos asombrarán al visitante por su frescura, modernidad y actualidad visual.

Los objetos, que proceden de dos colecciones privadas, la de Filip Spek y la de Jan Jeništa, están expuestos en grupos temáticos, lo que permite a los espectadores comparar las dos escuelas de diseño que nunca fueron comparadas en su época. Se presentan también dos recreaciones de interiores “modélicos” de viviendas equipados con muebles y accesorios populares en aquellos años.

Acompañan a las piezas unas reproducciones de carteles húngaros de la época que decoran los interiores dispuestos según la moda que predominaba en Centroeuropa en los años 60. La muestra es el resultado de una colaboración entre el IED Madrid y los países del Grupo de Visegrado: Polonia, que actualmente preside el Grupo, la República Checa, Eslovaquia y Hungría.