Los juegos de equívocos y el travestismo toman la escena para abordar la comedia más absurda de Shakespeare, y también la más inteligente. Iliria es un reino de amor delirante, donde se desarrolla una historia efervescente y deliciosamente enrevesada que es una invitación casi metafísica a la reflexión sobre la condición humana. Tras una violenta tormenta, los gemelos Viola y Sebastián naufragan en la costa de Iliria.

Disfrazada como un hombre bajo el nombre de Cesario, Viola entra al servicio del Duque Orsino, de quien se enamora locamente, pese a no poder mostrárselo por temor a revelar su identidad. Orsino, creyéndole su fiel confidente, le pide que le entregue un mensaje de amor a la Duquesa Olivia, su vecina, quien, engañada por la apariencia varonil de Viola, se enamora instantáneamente de sus encantos juveniles. Las cosas se tornan todavía más complicadas con la llegada de Sebastián, que logra sobrevivir al naufragio gracias a la ayuda del capitán Antonio.

Un verdadero triángulo amoroso se enreda en esta comedia de los errores, muy representativa del espíritu del Renacimiento. El amor y el deseo, en continuo cambio, se confunden entre personajes que son hombres y son también mujeres, al igual que sucedía en la época de Shakespeare, cuando las mujeres no estaban aceptadas encima de los escenarios y sus papeles eran representados por hombres cuyas voces agudas hacían plausible su interpretación.

¿Chico o chica?

Noche de reyes fue escrita para una época en la que los hombres interpretaban los papeles femeninos y, en ella, el travestismo se lleva a un segundo nivel cuando un chico vestido como una chica debe interpretar el papel de un hombre. Cuando la comedia llega a su fin, el subtítulo de la obra, What You Will, se vuelve más relevante: ¿se trata de un chico o de una chica? “Lo que tú quieras”, concluye Shakespeare.

La primera versión que Jemmet hizo de esta pieza ya pudo verse en Madrid en 2002. En palabras del director, «hay algo muy alegre en Noche de Reyes, un calor y una serenidad que impregnan la acción, incluso durante los momentos más inquietantes. A diferencia de las últimas obras de Shakespeare, aquí existe una especie de gracia, una celebración de la vida que nos devuelve a la inocencia de la infancia».

Como explica Jemmet, en Shake, «cinco actores interpretan todos los personajes de la obra y cinco cabañas de playa evocan una costa perdida, olvidada o imaginada. Las cabañas son a su vez vestuarios y cabinas de títeres donde los artistas preparan sus disfraces para la siguiente escena. Y, todo el tiempo, Feste alterna su colección de vinilos en un viejo tocadiscos: Jeff Love y su orquesta, Mozart, Bach, Lou Reed, Percy Sledge…».

  • Jueves, viernes y sábado a las 20.30 h. / Domingo a las 19.30 h.
  • Inglés y francés (con sobretítulos en español).