Starck es uno de los pocos diseñadores de los que se puede decir que sus obras se encuentran en todas partes, tanto en objetos de nuestro día a día como en nuestra imaginación. Tras la creación de su estudio Ubik, Starck ha concebido más de 10.000 proyectos que atraviesan los ámbitos de la creación con una misma obsesión: crear objetos al servicio de la gente.

Para el diseñador, el objeto debe ser justo, prestar servicio, ser útil funcional y emocionalmente. Alguien que encarna el diseño democrático se pregunta constantemente: ¿por qué debería existir este nuevo objeto?, poniendo el mismo cuidado en el diseño de un simple cepillo de dientes como en el de yates de lujo.

Starck supera las cuestiones de forma y estilo transgrediendo los códigos con humor, poesía y subversión. Desde los años 80 ha creado numerosas obras icónicas, tanto en el diseño como en la arquitectura de interiores, entre los que se encuentran las sillas Richard III (1982) y Costes (1983), el taburete Mister Bliss (1980) o la lámpara Ara (1986), atribuyendo a su piezas nombres originales, intrigantes y divertidos con los que pretende crear un vínculo afectivo.

Recurre a tubos de acero, a patas en forma de trípode en objetos oscuros, a formas arquitecturadas y gráficas. Renueva el lenguaje del diseño a través de objetos transgresores y abre nuevas formas de percepción donde el objeto está dotado de un comportamiento simbólico y expresivo.

Arquitectura

Frente a los ensamblajes y adhesivos posmodernos de los años 80, Starck utiliza formas monolíticas primitivas, formas zoomórficas, presentes en sus primeros proyectos arquitectónicos en Japón: el proyecto para el concurso de la Ópera de Tokio, que nunca llegó a ver la luz (1986) con Jean Nouvel; el edificio Nani Nani (1989) de Tokio, realizado en cobre oxidado; el Baron Vert (1992) en Osaka, con una fachada hermética e incisiones orgánicas; el Asahi Beer Hall (1990) y su llama dorada que surca el cielo nipón.

ROBINSON FERREUX MAEGHT LE CRI DE STARCK.

ROBINSON FERREUX MAEGHT LE CRI DE STARCK.

Después llegarían la Alhondiga (2010) en Bilbao, el Port Adriano (2012) en Mallorca o el complejo deportivo Le Nuage (2014) en Montpellier, ejemplos todos ellos de una arquitectura orgánica y demostrativa, concebidos como ágoras, al estilo de las plazas de pueblo, accesibles para todos. En todos sus diseños sugiere escenarios, situaciones de la vida cotidiana de las que cada uno se puede apropiar.

Diseñador comprometido, fue uno de los primeros en revindicar una conciencia ecológica de la creación, a través de proyectos de arquitectura y de la creación de objetos fabricados con materiales reciclados. En la década de los 90 inicia una colaboración con la empresa 3 Suisses, diseñando casas en formato kit.

En 1996 y 1997 desarrolla junto con La Redoute la colección Good-Goods, un catálogo de “no productos, para no consumidores” con la perspectiva de crear un futuro mercado ético. En 2012 desarrolla el proyecto P.A.T.H. Prefabricated Accessible Technological Homes, casas prefabricadas en madera que combinan ingeniería y ecología.

Starck, que se define así mismo como un “utopista naïf”, reinventa constantemente productos, para poder usarlos en movimiento, como es el caso de los Zik Parrot (2010), o dotar de innovación a productos de nuestro día a día, como el termostato Netatmo (2011) y el smartphone cerámico Mi Mix (2014).

Cubriendo íntegramente las paredes con sus diseños, Starck transforma el espacio expositivo en un ambiente cerebral, como si se tratase de una cueva adornada que nos transporta hasta a la dimensión ritual de la creación de Phillipe. Este “all-over” de diseños es una especie de cuadro, sin normas, donde la teatralidad deja entrever, sin llegar a desvelarlo, un “misterio”, en este caso el de la creación.

Miles de diseños

La exposición inédita de varios miles de diseños, croquis, investigaciones en el Centre Pompidou Málaga reúne todo tipo de objetos, desde los más famosos a los más cotidianos, provenientes de las colecciones del Pompidou y de otros prestamistas.

Entre otras obras destaca la silla La Marie (1996) que para Starck es la quintaesencia de la búsqueda de lo mejor con “menos material, menos presencia y menos coste”. Se trata de una pieza única de “enorme pureza y profunda modernidad” realizada en policarbonato, que es toda una proeza técnica. O la lámpara Miss Sissi (1988), realizada en plástico inyectado, resultado del deseo de “crear un arquetipo”, marcando el “inicio de un trabajo basado en la memoria colectiva” cuyo culmen llegó con la creación de Louis Ghost (2000), su “silla fantasma”.

Starck, dibujos secretos.
A principios del año 2000, la silla Hudson (1998) para Emeco se reivindica como un producto moral; llama a la protección del trabajo y de la experiencia. En 2009, la silla Zartan fue concebida a partir de materiales reciclados y de bioplásticos éticos. En 2010, con la silla Broom revoluciona la producción industrial a partir de residuos reciclados en origen.

El coche eléctrico V+ (2010), la bicicleta eléctrica Starckbike (2012), las sandalias Ipanema with Starck (2013), 100% reciclables y fabricadas en un 30% con plástico reciclado, responden a esta misma exigencia.

Con la editorial TOG AllcreatorsTOGether, de la que Starck es director artístico, crea la silla Misa Joy (2012), con un respaldo compuesto por bandas elastoméricas intercambiables, cuya simplicidad responde a una personalización participativa.

Starck involucra a todos los sentidos tanto en los objetos tecnológicos más innovadores como en las griferías Axor Starck V, que permiten visualizar los movimientos del agua, o incluso a través de la colección del perfume Peau (2014) que explora lo intangible e inmaterial.

Starck, dibujos secretos.