Las fotografías de esta serie, producida entre 2015 y 2017, tienen un nexo en común que le da título a la exposición. Todos los personajes que se presentan ante el visitante sufren insomnio, pero cada uno por un motivo distinto. El trabajo del espectador es buscar las pistas visuales o escritas ocultas con las que acabará descubriendo no sólo las inquietudes que no dejan dormir a los protagonistas sino que todas estas historias están conectadas entre sí.

Como explica el fotógrafo, «con esta obra intento plasmar la sociedad actual, que lejos de vivir en el momento presente, tiende a sobredimensionar y precipitar sus conflictos incluso hasta conducirles a trastornos (ansiedad, depresión, insomnio…). Las historias que cuentan estos personajes también delatan el impacto que nuestros actos pueden acarrear a otras personas».

Thara Báez, Daniel Freire, Christian Escudero, Ana Fernández, Manuel de Blas, Alicia de la Corte, Elena Furiase y Octavi Pujades son los encargados de poner rostro a estos personajes estereotipados que tienen en la noche un escenario frío donde acontece el desamparo. La gran profundidad de campo utilizada en estas fotografías permite distinguir una gran cantidad de detalles que ayudan a contextualizar las historias.

Como en otros trabajos, el fotógrafo se sirve de la ficción para construir una reflexión sobre temas sociales, «mi obra oscila entre la sutileza y la agresividad, y a menudo la realidad y la fantasía». Para ello utiliza fuentes de inspiración como la música, los viajes, la cultura japonesa y el cine. En sus propias palabras, «mi admiración por este último me ha llevado a crear un tipo de proyecto en el que recurro a textos para contar historias de mayor complejidad». El resultado es la unión entre fotografía y literatura, dos géneros con los que «consigo expresar esos matices necesarios en obras que deseo que tengan una lectura más profunda».

Exilio. Si fuera ayer. Alicia de la Corte.Si fuera ayer

Los veo de nuevo, cayendo sobre mi piel ajada,
alfombrando el último tramo del camino.
Caen marchitos, con cierto reproche.
El país del Sol Naciente siempre esperó por ti, dicen.
No quedó nada tras la marcha de Darío.
Quedé yo, tal vez, y un ridículo sueño oxidado.
¿Recuerdas a aquel felino inquieto?
¿Habrá encontrado mi pequeño amigo
su lugar en el mundo?

 

 

 

 

 

 

Exilio. De Tokio a Madrid. Elena Furiase.De Kioto a Madrid

Pensé que volvería completa, habiéndome
encontrado. En cambio, tras su carta, regreso llena
de angustia, sintiendo que una parte importante de mi
vida se consume. Como la llama de una vela en una
noche oscura, diría él. Pongo, pues, fin a mi viaje y
regreso a ti. También le digo adiós a mi acompañante
gatuno, aquel que encontré perdido por las calles de
Madrid. Parece sentirse cómodo aquí y algo en su
mirada me dice que, por fin, ha encontrado su hogar.