Séneca. Foto: Jero Morales.Gala siente una gran fascinación por Séneca, que en sus propias palabras «es, al mismo tiempo, protagonista y antagonista de su vida. En una época cuya decadencia, cuya corrupción general, cuya sensación de agotamiento, la hacen tan semejante a la nuestra, hay un hombre de Córdoba –el más romano de todos los estoicos y el más estoico de todos los romanos– que personifica las tentaciones que el poder plantea a la ética, y el contagio con que la amoralidad asalta la virtud».

El montaje, que se estrenó el pasado mes de marzo en el madrileño Teatro Valle-Inclán, quiere homenajear al poeta cordobés incorporando al texto original poemas de Gala musicados por Marco Rasa, textos del filósofo y fragmentos de El Satiricón de Petronio. Así este Séneca profundiza en la actividad política del pensador y se centra en sus últimos momentos, cuando ha sido «invitado a suicidarse» y repasa su vida contraponiendo la sociedad igualitaria dirigida por políticos éticos que anheló, muy alejada de lo que consiguió tutelando a Nerón.

Pueblos que migran

En su versión, Hernández ha introducido textos de este personaje histórico. Por ejemplo, «el tema de los pueblos que migran en el Mediterráneo huyendo de una guerra y de una situación desesperada. Tenían su asentamiento y su cultura, con siglos de existencia. Huían en busca de una nueva tierra donde se respetara la cultura y la vida, la ética y la moral. Y llegaban a lugares donde, para su sorpresa, eran recibidos como esclavos», afirma.

Diego Garrido, Carmen Linares, Esther Ortega, Eva Rufo, José Luis Sendarrubias, Aka Thiémélé, Antonio Valero, Ignasi Vidal y Carolina Yuste forman el reparto de una obra cuyo propósito es hacer un recorrido por diferentes culturas y diferentes épocas de la música. «He querido traducir de alguna manera que esas músicas que hay en la obra representen esa suma y variedad, eso tan heterogéneo que es la cultura de un país y que nunca pasa por la pureza», explica Hernández.

“Hablamos de una obra que transcurre en el Imperio Romano aunque en esta puesta en escena atemporal hablamos de muchas cosas que ocurren hoy pero en cambio son rigurosamente históricas”, explica el director. “Séneca en el siglo I después de Cristo, acerca de la decadencia del Imperio Romano, nos dice que dentro de dos mil años ya no habrá esa corrupción, habrá igualdad entre los hombres y las mujeres, habrá igualdad entre los pobres y los ricos, habrá igualdad entre los inmigrantes y los nativos, así pensaba él”, recuerda Emilio Hernández.

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