La muestra reúne 13 obras de su última serie, a la que puso el título premonitorio After All. Estas piezas se pueden comparar a una novela autobiográfica compuesta en varias partes. En esta ocasión es el último capítulo, que incluye memorias de Inglaterra, días junto al mar, el sabor de un helado, el aroma del otoño o unas vacaciones de verano.

Como pintor, Hodgkin representa un caso muy particular en el contexto de la reciente pintura europea y, más concretamente, dentro del grupo de artistas británicos con los cuales se vinculó desde la década de los sesenta. Su técnica, de un refinamiento espectacular en el dominio de la pincelada y de la paleta de color, es el resultado de largos años de meditada observación, primero trabajando con tachados y superposiciones de capas al óleo para, a partir de mediados de los setenta y con los nuevos secativos de óleo, con finas veladuras de apariencia acuarelosa.

La fascinación por los marcos, cuya presencia indica el límite del contorno de la pintura y la ventana a través de la cual debe mirarse ésta, lleva a Hodgkin a extender su discurso hasta el marco mismo. Los temas de su pintura han estado desde un principio centrados en la observación de las relaciones sociales entre personas, tema ampliado a la relación con objetos, estudiando la relación del espacio de interiores domésticos que él mismo habita.

A partir de la década de los noventa, Hodgkin se interesa por las variaciones de la luz y los distintos sucesos atmosféricos. Todo ello para una pintura de carácter abstracto, rara avis en el contexto inglés, que ha marcado e influido en muchos pintores posteriores por su agudo análisis y delicada sensibilidad, por su atención al pequeño detalle, íntimo y personal, evitando la grandilocuencia de los grandes temas.

Sobre Hodgkin

Howard Hodgkin asistió a la Camberwell School of Art y a la Bath Academy of Art in Corsham. En 1985 ganó el Premio Turner y representó a Reino Unido en la Bienal de Venecia. En 1992 le fue concedido el título de Sir. Su obra se ha expuesto en numerosos museos de todo el mundo, destacando el Metropolitan Museum de Nueva York y la Tate. En Madrid, el Museo Reina Sofía le dedicó una amplia retrospectiva en 2007.