Mariné (Madrid, 1951) califica de desafío una exposición en la que ha trabajado intensamente durante siete meses. “Todo lo que hay aquí está hecho específicamente para este Museo. Es un punto y aparte, no lo había hecho nunca en mi vida”.

Esta es una muestra con la que pretende mostrar “todo lo grande” de su profesión, donde el diseño y el arte se mezclan. “Partiendo de ideas muy alejadas de un museo hemos llegado a colgarlas aquí; son obras relacionadas con la cultura popular, con carteles de calle, imágenes hechas para la televisión, para la prensa, y nunca se había pensado que estuvieran colgadas en un museo. De hecho, muchos carteles que diseñé para Siniestro Total y otros grupos musicales desde Pancoca, mi productora musical, entran ahora a formar parte de la colección permanente del Reina Sofía. Algo que no podía ni imaginar cuando los hice”.

La clave, según explica, es “convertir la imagen en algo que conmueva a las personas. Una experiencia nueva que les haga sentir que somos inteligentes, que somos seres humanos y haga un poco de cosquillas en la cabeza”.

Interesar a la gente

El diseñador resalta que no se trata de una exposición antológica, porque prácticamente toda la obra expuesta es nueva. “No estoy mirando al pasado, sino que lo hago al futuro”, asegura. “Las cosas que estoy poniendo funcionan ahora, que es el único momento posible. Estoy cogiendo cosas que tenía y pasándolas a limpio, el asunto es vivir en la actualidad y crear imágenes que sean capaces de interesar a la gente, de mover a los más jóvenes”.

Para Mariné, el diseño es “muestra de la inteligencia”. “Si no tenemos diseño propio seguiremos importando vespas italianas, zapatos americanos y bufandas escocesas. El diseño produce cultura, cultura propia, productos bien elaborados, marcas bien hechas”. El diseñador se sigue considerando transgresor. “He trabajado con empresas que no son nada rompedoras, pero a las que sí les interesa mucho esa energía que tiene el ir un poco más lejos”.

La exposición Óscar Mariné Big Bang, producida por el Museo Universidad de Navarra, presenta 160 obras realizadas ex profeso o reeditadas para la ocasión. Ocupa toda una planta del edificio y anima a recorrer su trabajo e influencia en el diseño español, el cine, la música, hasta la geometría más abstracta.