Después del fin del mundo es una exposición sobre la Tierra, transformada irreversiblemente en el planeta Antropoceno tras dos siglos de intervención del hombre en los sistemas naturales. Pero también es una exposición sobre cómo llegaremos al mundo de la segunda mitad del siglo XXI y sobre la responsabilidad de nuestra sociedad para con las generaciones que nacerán y crecerán en él.

Artistas, filósofos, montañas de arena, novelistas, animales marinos, dramaturgos, plantas, arquitectos, objetos, diseñadores especulativos, ríos contaminados, satélites, científicos… trabajan juntos para imaginar escenas, contar historias y construir estrategias para sobrevivir en el mundo que viene. El resultado es una experiencia hipnótica, de extrañamiento, que habla del trauma ante la magnitud de la crisis y la pérdida del mundo tal y como lo conocíamos, pero también de la oportunidad de cambio y la urgencia de un pacto entre generaciones.

La muestra se compone de ocho instalaciones inmersivas, una base de experimentación y acción participativa en el espacio público de la ciudad de Barcelona, y el diseño y despliegue de un Ministerio del Futuro que piense la política del muy largo plazo, para investigar las condiciones de desigualdad y temporalidad y las diferentes magnitudes en las que se define la crisis.

Los participantes incluyen a una coalición de humanos y no-humanos, entre los que destacan, al tener nombre propio: la compañía de teatro documental alemana Rimini Protokoll (Alemania), desarrollando una experiencia dramática sobre las especies ganadoras y perdedoras en la crisis climática; Tomás Saraceno (Argentina) presenta Aeroceno, un proyecto de arquitectura utópica que imagina la atmósfera como un nuevo territorio para la expansión de la humanidad; las expediciones al Antropoceno de Unknown Fields Division (Kate Davies + Liam Young) (Gran Bretaña), un viaje a través de las infraestructuras globales de la moda explorando los paisajes materiales del deseo.

También Charles Lim (Singapur) estrena su investigación sobre la terraformación de Singapur, un país hecho de arena artificial en guerra contra la subida del nivel del mar. La plataforma de comisariado de fotografía satélite Overview, dirigida por Benjamin Grant (EE.UU.) nos enfrenta en una instalación con la realidad de la nueva piel de la Tierra. El estudio de diseño ficción Superflux (India, Gran Bretaña) nos traslada a un apartamento de 2050 en un mundo en que las sequías y huracanes han cambiado nuestra forma de alimentarnos. La ingeniera y artista Natalie Jeremijenko (Australia), un referente en las relaciones entre arte y ciencia, instala en la exposición la sede de su Clínica de Salud Ambiental, para construir nuevas relaciones mutuamente beneficiosas entre las distintas formas de vida que conviven en la ciudad.

La exposición cuenta además con un prólogo escénico a cargo del escritor Kim Stanley Robinson (EE.UU.), uno de los nombres capitales de la literatura de ciencia ficción contemporánea, y un ensayo-instalación en cinco capítulos del filósofo Timothy Morton (Gran Bretaña), padre de la dark ecology y del concepto de hiperobjetos.

La Estación Beta, un laboratorio dentro de la exposición, acoge talleres, presentaciones, visitas comentadas y coloquios organizados con los centros científicos, tecnológicos y las universidades de Cataluña, que aportarán miradas y perspectivas desde ámbitos y formatos distintos acerca de los temas tratados en la exposición, durante los seis meses del proyecto. Después del fin del mundo también incluye una base de experimentación y acción participativa en el espacio público de la ciudad de Barcelona llamada Estación Ciudad.