Ferrer y Mora, que formaron ya tándem artístico en la exitosa Los nadadores nocturnos (Premio Max al Mejor Espectáculo Revelación 2015), proponen con este montaje un canto a la libertad desde la imaginación creadora donde se fusionen imagen, poesía, música y danza.

Eusebio Poncela, en la piel de Bernarda, encabeza un reparto en el que son hombres los encargados de encarnar los principales roles femeninos: Igor Yebra como Josefa; Óscar de la Fuente como Poncia, Jaime Lorente como Adela, David Luque como Angustias, Guillermo Weickert como Criada, Arturo Parrilla como Magdalena y Diego Garrido como Martirio. La actriz Julia De Castro interpreta a Amelia.

Se abre el telón. En un museo se exhibe la obra La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca. Un conjunto de artistas construye una serie de instalaciones plásticas y escenas performativas a partir de la fábula que nos legó el poeta.

En Esto no es La casa de Bernarda Alba nos hallamos ante la búsqueda de un discurso feminista radical, es decir, que intenta viajar a la raíz: al poner en boca de hombres actores y bailarines las palabras de Federico (en numerosas ocasiones sus personajes manifiestan el deseo de ser hombres para poder gozar de libertad) se evidencia la fragilidad de la mujer ante la visión dominante del orden heteropatriarcal y su gestión del mundo a través del miedo. Así se acercan la directora Carlota Ferrer y el dramaturgo José Manuel Mora a esta versión del clásico.