La muestra habla de lo que supuso la llegada de la electricidad a la sociedad, hallazgo que parecía encarnar el progreso y que recibió apelativos como el hada electricidad o el fuego del cielo. La comunicación instantánea mediante telegrafía y telefonía, la conquista de la oscuridad con la lámpara incandescente, las pilas y acumuladores fueron algunas de sus sorprendentes aplicaciones, que encandilaron a la población europea a partir de la Exposición Internacional de Electricidad, celebrada en París en 1881.

En lo artístico, el XIX fue igualmente un siglo tan ansioso de belleza y elegancia como huérfano de ideas propias, y, por ello, proclive a refugiarse en el pasado. La exposición recoge este interés por el pasado y por lo eléctrico, que se conjugan en uno de los inventos de la época, la galvanoplastia, un procedimiento electroquímico que permitía obtener reproducciones metálicas absolutamente fieles, sin daño alguno para los originales.

Virtuosismo técnico

La mayoría de las obras expuestas son facsímiles de orfebrería romana, espléndidos por su impresionante virtuosismo técnico, la gracia de sus proporciones y su rica ornamentación. Reproducen fielmente tesoros enterrados hace dos milenios, pero fueron fabricados entre fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX para la colección nacional de reproducciones artísticas que pertenece al Museo Nacional de Escultura. Ahora se exhiben por primera vez.

El título, Tesoros eléctricos, anuncia la singularidad de una exposición que no ha querido limitarse a la simple y desnuda reunión de un conjunto de delicados facsímiles clásicos, asociándolos a aquel pasado al que imitan pero al que nunca pertenecieron. Más estimulante es considerarlos como objetos fabriles nacidos en plena euforia de la segunda revolución industrial, en las décadas finales del siglo XIX, cuando, a la vez, y no por casualidad, las artes del ornamento experimentaban un reconocimiento y aprecio sin precedentes.

El Museo Nacional de Escultura ofrecerá durante los meses de la exposición un programa de actividades que profundizará en aspectos derivados de la misma. Este programa incluye conferencias, conciertos, cine y visitas guiadas para todos los públicos a partir de enero.

Atmósfera industrial

Tesoros eléctricos supone un hito en la gestión de las exposiciones organizadas por el Museo, por su voluntad de reciclar mobiliario procedente de muestras anteriores, política que en los últimos años la institución ha extendido también a otras actividades. El planteamiento museográfico ha asumido el reto de dar uniformidad a los materiales que ya existían (peanas, vitrinas, tabiques), creando una atmósfera industrial en la que el visitante pueda sumergirse. Así se ha mantenido el color gris oscuro de anteriores muestras, combinado en ocasiones con el amarillo eléctrico. El tamaño de algunas piezas ha motivado la colocación de ampliaciones en las paredes, que ayudarán al visitante a apreciar algunos de sus detalles.

Apertura especial puente de diciembre. Miércoles 6 de diciembre: Apertura gratuita de 11.00 a 14.00 h. Viernes 8 de diciembre: Apertura gratuita de 11.00 a 14.00 h y de 16.30 a 19.30 h.