La exposición tiene algo de juego que invita al espectador a adentrarse en una biografía, la suya, que navega entre dos culturas e idiomas totalmente distintos. Y al mismo tiempo es más que una exposición: es un desafío que se despliega en un espacio tan singular como es un lugar de trabajo, en este caso una consultora de comunicación con sus profesionales en acción, una y otros intervenidos por la pintora y, en consecuencia, partes esenciales de la obra expuesta.

Una exposición en un espacio ajetreado, diferente y ocupado. ¿Todo un reto?

Un reto buscado. El artista plástico busca mostrar solo su obra en lugares seguros, tradicionales y de alcance máximos. Pero en mi senda como artista y como gestora cultural he decidido transitar otros caminos, poniendo en interrogación una nueva concepción de mí misma como artista, en donde pongo en juego mi imaginación, donde realizo algo que ignoro qué alcance tendrá y cómo se percibirá en un lugar no desarrollado en principio para exponer el arte. Me pongo a prueba en esta exposición en Madrid. Había intervenido otros lugares infrecuentes como un teatro o un bar en la ciudad de La Plata. Aquí intervengo sobre el espacio pero también sobre los empleados, que van a experimentar durante unos días un cambio en su atmósfera cotidiana. Hablamos de una muestra pensada y creada para un espacio que es especial y que ocupan cada día personas volcadas en la comunicación, en la libertad de imaginar y crear historias. En ese sentido tengo que agradecer a Planner Media que apueste por un proyecto tan novedoso que integra la actividad cotidiana del entorno en el concepto creativo.

¿Qué sensaciones busca en el espectador?

Madrid es una ciudad que siempre me incita a volver. Tiene una especial atracción para mi arte y para mi corazón. Para mí una exposición siempre es un juego visual y sensitivo, donde abundan los colores y las palabras introduciendo fantasía y una experiencia externa. Más que palabras, más que dibujos es una muestra interdisciplinar, es un “Tagesbuch” como se nombra en alemán, es un diario personal. Concibo el arte como una afirmación de la libertad de las personas: es pensar, parar un momento y ver qué pasa conmigo mismo y con el mundo que me rodea. La integración del arte con la vida es una preocupación que tienen los artistas desde hace muchísimos años, cada vez más conscientes de que esa unión enriquece la propia vida.

En buena parte de la obra expuesta utiliza el vinilo.

Es llamativo y a su vez divertido. Me ayuda a provocar en el espectador empatía y a que la conexión con el artista sea más inmediata. El espacio también estará intervenido por papel sobre las paredes, mobiliario y suelo.

Como en el resto de su obra, ¿hay en ésta también mucho elemento autobiográfico?

La creación de todas mis obras tienen su origen en lo que me sucede y siento en ese momento. Muchos artistas se valen del arte como un medio a través del cual canalizar y descargar sentimientos; en mi caso, lo utilizo como una vía para recordar vivencias, plasmar palabras que no quiero olvidar… Quienes se acerquen entrarán en un viaje divertido y raro. Los colores y las formas son las primeras impresiones que tendrá. El diario íntimo será la línea a seguir, el diario de un día en mi nueva vida en Alemania. Tiene tres fases, mañana, tarde y noche. En la primera predominan los colores cálidos y palabras que denotan ánimo, diversión y energía. En la tarde encontramos colores más vivos –desde verdes hasta brillantes– que nos guían hacia un caos de color muy asociado a la experiencia diaria que supone vivir en una gran ciudad como Frankfurt. En la noche uno se ve transportado a un momento más reflexivo, de intromisión del artista, con pensamientos ocultos y profundos.

Con el lenguaje como protagonista en dos idiomas…

El español y el alemán. El protagonista es el reflejo de culturas en palabras y en colores. También se puede ver el encuentro entre la naturaleza, marcada por mi lugar de origen y el recuerdo de mi madre, y el mundo urbano lleno de edificios, propio de una ciudad como la mía actual, tan internacional y cosmopolita como Madrid.

¿Qué artistas le interesan más? ¿Cuáles han marcado su obra más profundamente?

A la hora de crear mi influye la música que escucho y los viajes que hago, la cultura argentina o la familia. Artísticamente me interesan los estilos más diversos, desde los dibujantes de cómics hasta los artistas callejeros que inundan la ciudad con sus carteles de publicidad. Me gusta y me inspira Caspar David Friedrich, romántico alemán, con esos paisajes desolados, sin apenas presencia humana. Cuadros que en el contraste de formas y tonos se transforma en una poesía simbólica. Si tuviera que citar a la persona que me marcó a la hora de tomar un camino interdisciplinario fue Gerhard Richter, también alemán que ha pasado por varias fases creativas, desde la pintura expresionista hasta el muralismo, desde el arte pop hasta el arte constructivista.

– Espacio Planner Media. c/Adela Balboa, 3 4º. De lunes a jueves de 9.00 a 19.00 h. Viernes de 9.00 a 14.00 h.

– Este proyecto expositivo cuenta con el respaldo institucional del Consulado General de la República Argentina en Fráncfort.

Sobre Mariellage

Hasta llegar aquí, el arte de Mariellage, que ella misma define como conceptual, ha evolucionado atravesando diferentes fases que incluyen obra pictórica tradicional, simbolista, abstracta, experimental… Ha creado piezas de poesía visual con cajas de luz que combinan imágenes dibujadas y narrativas, y lámparas con formas de juegos que fueron punto de partida para sus primeras instalaciones en bares y galerías de arte.

Ha probado con los paisajes e imágenes en vinilos planos sobre madera. En 2006 abrió con otros dos artistas su propia galería de arte contemporáneo –»El Chancho de Plata»– en Buenos Aires. Tres años después, se estableció en Alemania, primero en Múnich muy volcada en la fotografía monocromática, retratando paisajes intervenidos con grafitis; y después en Fráncfort donde ha recuperado el color y la fuerza de la palabra. Nunca antes había expuesto su obra en Madrid.