La Secretaría de Estado de Cultura ha presentado el informeConociendo a todos los públicos ¿Qué imágenes se asocian a los museos?’ promovido por el Laboratorio Permanente de Público de Museos con el objetivo de saber que piensan los españoles de estas instituciones. Según sus conclusiones, «en el actual contexto de crisis, el precio de la entrada no aparece como un factor de peso en la toma de decisión de la visita».

A través de las opiniones de los ciudadanos, este estudio muestra la visión que el público visitante y no visitante tiene de estas instituciones, destacando el papel que tienen prejuicios y expectativas con respecto a la consideración del museo como alternativa de ocio. Para ello analiza los factores que influyen en la decisión de ir o no a un museo, la disponibilidad de tiempo libre, las preferencias en cuanto al tipo de actividad para ocuparlo, si se acude acompañado o no de niños, o si la visita es parte de una salida turística.

Según sus conclusiones, «en el actual contexto de crisis, el precio de la entrada no aparece como un factor de peso en la toma de decisión de la visita». Visitantes y no visitantes coinciden en que la «evasión de su rutina» es la principal utilidad de su tiempo libre, pero mientras los primeros prefieren realizar actividades que les proporcionen algún beneficio, los no visitantes valoran más la posibilidad de socialización, la participación activa y el sentirse a gusto con su grupo en un determinado ambiente. Para ello buscan espacios propicios para la comunicación social, entre los que encuentran los museos cuando se está realizando turismo cultural, pero no habitualmente.

La comprensión de lo expuesto

En general, los ciudadanos no visitantes asocian los museos a conceptos positivos, ya que son considerados instituciones valiosas, de mérito para el prestigio de un país. Pero también a lugares silenciosos –por lo que se considera que no son adecuados para niños–, en los que se realizan actividades de modo solitario y de carácter pasivo. También se asocian a conceptos negativos como aburrimiento, frialdad, cansancio, colas… a los que si no se acude más a menudo es en parte por una barrera de tipo intelectual, relacionada con la no comprensión de lo expuesto. Existe aún en muchos ciudadanos una idea del visitante de museos como una persona solitaria y cultivada, que en el imaginario colectivo mantiene aún esta actividad vinculada al concepto de museo decimonónico y elitista.

También el visitante de museos más asiduo, que ha incorporado la visita al museo en su ocio cotidiano, reclama una mejor comprensión de lo expuesto, pero también más instrumentos de comunicación e información. Si bien la visita al museo es ya una pauta integrada en sus hábitos y en la que sus preferencias personales son decisivas, el conocimiento de la oferta disponible y las recomendaciones de amigos y familiares son factores que también condicionan sus elecciones. De hecho sus principales barreras están muy frecuentemente relacionadas con lo que perciben como escasa promoción y falta de publicidad.

Reconocen que el prestigio social de los museos es otro motivo para visitarlos, que está bien visto acudir a ellos y desean ser identificados como visitantes precisamente por ese reconocimiento social. En este contexto, la motivación por emplear su tiempo libre en aprender figura, junto con otras motivaciones de tipo emocional, entre las prioridades de los visitantes, pero no es la primera.

Recomendaciones y conclusiones

El estudio se cierra con una serie de recomendaciones y conclusiones dirigidas a gestionar la mejora de la imagen de los museos entre los ciudadanos, y a afrontar la atracción de nuevos públicos desde el conocimiento de las necesidades específicas de cada segmento.

El informe, realizado por la empresa Artimetría, parte de las investigaciones que han tratado la imagen del museo (fundamentalmente en el ámbito anglosajón) y contrasta sus resultados con los proporcionados por un análisis cualitativo realizado entre ciudadanos de Madrid, Barcelona y Sevilla.

La iniciativa del estudio ha correspondido al Laboratorio Permanente de Público de Museos, proyecto de la Subdirección General de Museos Estatales que ha contado desde su inicio con la colaboración de la Universidad Complutense de Madrid.