Formándose inicialmente como pintor figurativo, la estética de Judd evolucionó hacia la abstracción simple de líneas y figuras geométricas regulares en base a los principios minimalistas de orden, claridad y estructura, primando siempre el todo sobre la interrelación de cada una de sus partes, y aunque compuso pinturas de esta índole, su obra gráfica es mejor conocida en forma de grabado.

Insatisfecho ante los límites bidimensionales de estos medios, Judd pasó en la década de los años sesenta a lo que el propio artista denominaba specific objects, sin identificar sus creaciones con la modalidad llena de reminiscencias históricas de la escultura. Con el mismo nombre constituyó un tratado de referencia que compuso para reunir los fundamentos de su teoría artística, en la que no solo se encontraba reflejado el Minimalismo con el que él mismo se sabía claramente vinculado, sino también los planteamientos, cuestiones y revisiones con los que afrontó críticamente este movimiento.

El mueble fue un concepto que encontró un acomodo perfecto en su producción. Sin embargo, no fue un hallazgo premeditado sino impuesto por la necesidad de amueblar el edificio en el que se instaló en Nueva York. Así descubrió como el mobiliario era un campo ideal para poner en práctica algunos de sus mayores intereses artísticos: la relación espacial, el proceso industrial y, por supuesto, la unión del diseño y el pragmatismo.

Evolución

En esta exposición se puede observar como su concepción estilística fue evolucionando desde la tradición mobiliaria de Norteamérica, presente en su conjunto de escritorio en madera, hacia piezas construidas a base de planchas metálicas monocromáticas en las que la linealidad y, en cierto modo, la rigidez de sus formas contrastan con la potencia de los colores tomados de la gama estándar RAL, la empleada por Lehni AG, empresa a la que encargó la fabricación de sus diseños desde 1984. Sillas, sillones, chaise longues, mesas y otros muebles que siguen reproduciéndose en sus fábricas, así como por la Donald Judd Foundation, creada con el fin de preservar su legado y las instalaciones del artista en Nueva York y en Marfa, Texas, donde a partir de los setenta se centró en su producción mobiliaria.

Estamos ante una muestra singular en el panorama expositivo madrileño, ya que nos recuerda que el arte no es solo dibujo, pintura, escultura y sus derivados visuales más contemporáneos, como la fotografía o el videoarte, mientras evoca un aspecto fundamental en el desarrollo de los movimientos más significativos del XX, como fue la creación artística por y para el acomodamiento de la vida cotidiana, en la cual la arquitectura, los espacios y el mobiliario en tendencias como el Art déco, la Bahaus y, por supuesto, el Minimal Art, entre muchas otras, jugaban un papel fundamental.